Hay quien ha tenido la suerte de poder contar con un coach profesional para orientarle laboralmente. Existen muchas modalidades a la hora de contratar este tipo de servicios, adaptadas a casi todo tipo de economías, y la inversión suele merecer la pena. Aún así, esta opción no siempre está al alcance. Te hablamos de una técnica de coaching que puedes aplicar para mejorar tu perfil laboral sin necesidad de acudir a especialistas: el autocoaching.

Vas a ser tu guía, así que prepárate para hacer un ejercicio de desdoblamiento y observarte desde fuera para poder apreciar todo tu potencial. Puedes vertebrar un plan de autoacompañamiento a partir de estas tres fases. Ten en cuenta que lo puedes ir aplicando y modificando en función de las circunstancias y tus intereses.

El camino para encontrar tu vocación

Esta primera fase consiste en determinar tus objetivos laborales, algo que no siempre es fácil. Puedes empezar por hacer un análisis de tus fortalezas y de tus debilidades. Esto te permitirá evaluar con más objetividad tus expectativas. Si crees que te falta algo de preparación, incluye dentro de tu plan el conseguirla. Después replantéate tus metas de nuevo, pues, cuando se adquieren nuevos conocimientos, se abren muchas más posibilidades. Tus fortalezas van a ser el punto de apoyo que impedirá que te desvíes o que abandones tus propósitos.

Una vez detectado lo anterior, puede ser el momento de definir mejor tu vocación. Analiza lo que has hecho hasta ahora, tanto estudios como experiencia laboral. Intenta clasificar cada vivencia desde otra perspectiva. Solemos clasificarlas por sectores y puestos; sin embargo ¿qué tal si pruebas a clasificarlas por su dinamismo? Por ejemplo, el estrés de trabajar en una cocina y tener que estar pendiente de múltiples factores se puede parecer al estrés de un operador de telefonía, que también tiene que estar con los cinco sentidos.

O bien puedes clasificarlas por el tiempo libre que te dejan, o por la implicación personal que requieren. Este tipo de análisis quizá evidencia una tendencia que para ti estaba oculta. A partir de ahí puedes saber qué tipo de trabajo no vas a querer desempeñar y cuáles te hacen sentir mejor.

TuEmpleo-cómo planificar un coaching laboral

Evalúa la situación actual

Hay que saber de dónde se parte para poder trazar un camino más definido. A tal fin, te animamos a que establezcas en tu plan una fase de evaluación de tu situación actual. Elabora una tabla con un menú lateral donde aparezcan distintos ítems. Entre otros, pueden ser los siguientes:

  • Satisfacción con mi puesto actual
  • Nivel de preparación con respecto al puesto que quiero optar
  • Conocimiento del sector en el que me quiero mover
  • Posibilidades de crecimiento de ese sector
  • Contactos conocidos que podrían ayudarme a introducirme en ese sector
  • ¿Estoy en disposición de trasladarme?

Puedes añadir muchos más. Ve asignado a cada ítem una nota. En el encabezado en horizontal debe ir colocada la fecha en la que realizas cada “foto fija”. De esta manera puedes ver si ha habido alguna evolución o un cambio a lo largo del tiempo.

Establece tus propios KPI de autocoaching

Los KPI son indicadores de evaluación que emplean las empresas para medir distintos factores, como el desempeño, la productividad, el riesgo, la situación financiera… Tú puedes definir tus propios KPI para evaluar la mejora de tu perfil laboral. Te resultará muy útil medirlo de una manera visual, mediante un gráfico de barras o una curva de evolución.

Cada KPI tendrá su representación que irás construyendo a medida que pasa el tiempo. Ejemplo de estos indicadores pueden ser determinados conocimientos que necesitas potenciar, como el nivel de un idioma, o habilidades que debes mostrar, como la capacidad de negociación o bien la de comunicación, entre otros muchos. También puedes contabilizar cómo de cerca estás de tu objetivo.