El pasado lunes 28 de noviembre, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas llegaron a un acuerdo casi unánime para retirar las polémicas reválidas de la Lomce, que el 30 de noviembre debían publicarse en el BOE (el paso definitivo para su entrada en vigor).

Muy contestadas por parte de la comunidad educativa (profesores, padres, alumnos y expertos), las reválidas planteaban pruebas de carácter obligatorio al final de cada etapa educativa, evaluadas externamente, y con consecuencias académicas. Ahora estas pruebas han sido eliminadas definitivamente y serán sustituidas por otras similares a las actuales.

Los cambios del nuevo acuerdo

Las evaluaciones finales de primaria y ESO serán muestrales y no estarán obligados a ellas todos los alumnos. La idea es permitir hacer un diagnóstico al final de cada etapa, pero sin efectos académicos. Por su parte, la prueba final de Bachillerato, que servirá para entrar en la Universidad, será muy similar a la Selectividad y la seguirán diseñando las universidades, como hasta ahora.

Por su parte, los alumnos de FP básica tampoco necesitarán realizar la prueba de ESO para conseguir el título de ESO, sino que serán los profesores quienes consideren si reúnen las condiciones para ello.

Estos cambios aún deben formalizarse en el Consejo de Ministros, pero suponen el primer paso para negociar el futuro pacto de Educación.

reválida de bachillerato

Así será la nueva prueba de Bachillerato

La prueba final de Bachillerato será prácticamente igual que la de Selectividad. Estas son sus claves:

  • Será acordada entre las universidades y las comunidades autónomas y, como la Selectividad, servirá para entrar en la Universidad. Los exámenes concretos los establecerá cada universidad, dando carpetazo a otros de los aspectos más polémicos de la ley: las evaluaciones externas, que además afectaban a todas las etapas.
  • El examen versará sobre seis asignaturas troncales y se aprobará con un 4. Cuatro de ellas, obligatorias, servirán para computar de 0 a 10 y bastará con un 4 para aprobar. La reválida de la Lomce establecía el aprobado en un 5. Las otras dos asignaturas serán voluntarias y específicas para subir nota. Puntuarán entre 10 y 14 y no pueden bajar la nota, solo subirla. Esta opción, que ya existía, está diseñada para aquellos alumnos que quieran estudiar una carrera con nota de corte más alta, como Medicina.
  • Solo se incluyen asignaturas de segundo de Bachillerato. El borrador de la orden ministerial contemplaba que los estudiantes pudieran presentarse de forma optativa a asignaturas del curso anterior, es decir, de primero de Bachillerato. Esta opción desaparece.
  • No se incluye Filosofía. Ningún alumno pasará una prueba obligatoria de Filosofía, algo que preocupaba especialmente a los alumnos de ciencias.
  • Las preguntas tipo test dependerán de cada comunidad. Respecto a las preguntas tipo test (el exministro José Ignacio Wert llegó a plantear un examen de hasta 350 preguntas de esta modalidad), su implantación va a depender de lo que decida cada comunidad autónoma. En principio, parece que ni siquiera las comunidades en manos del PP se plantean incluirlas.

En los próximos días se definirá la estructura definitiva de estas pruebas, pero tanto los partidos de la oposición como los sectores educativos aplauden unánimemente la retirada de uno de los aspectos más polémicos de la última ley de educación.