El peor chasco del mundo del trabajo es comenzar en una empresa con mucha ilusión y encontrarte un mal ambiente laboral. En el periodo de prueba o en la adaptación es lógico mantenerte en el plano de la observación para lograr cuanto antes y en las mejores condiciones tu adaptación. Para evitar perder motivación u obstaculizar tu proyecto profesional, aquí puedes leer seis pistas para detectar el mal ambiente laboral.
Consecuencias del mal ambiente laboral
El bienestar laboral es imprescindible para sentirte realizado y feliz en un puesto de trabajo. De ello depende además tu rendimiento y eficacia en las tareas. La cuestión es que el clima laboral es un conjunto de percepciones, que en su mayoría son subjetivas. Un mal ambiente laboral puede determinar tu proyección profesional y motivación. Por el contrario, un clima laboral adecuado, promueve el crecimiento y la seguridad de los empleados.
Como en una relación afectiva, algunas de las razones por las que, pasado un tiempo, se decide interrumpir o no continuar, ya estaban en las primeras citas. De la misma manera, los primeros días son fundamentales para detectar un ambiente laboral que no te convenga. Hacer caso omiso a las señales puede provocar que sea más difícil tomar la decisión de reorientar tu camino profesional. Una de las consecuencias más visibles del mal ambiente es el alto índice de rotación en un puesto de trabajo.
6 pistas para detectarlo
Algunas de las pistas que puedes observar en el comportamiento de la plantilla, tanto compañeros como responsables, que pueden indicarte que hay mal ambiente laboral son:
- Lenguaje corporal esquivo y errores humanos asociados al estrés, como fallos al fichar o al registrar datos en el ordenador.
- Reparto injusto de tareas y ausencia de flexibilidad o facilidades para conciliar la vida laboral con la profesional.
- Absentismo. Un trabajador puede faltar por motivos de salud en alguna ocasión al trabajo, pero cuando aumentan estos niveles entre tus compañeros, es probable que la causa esté relacionada con un mal ambiente laboral.
- Trato poco o nada asertivo por parte de los responsables hacia la plantilla o hacia ti mismo.
- Mala comunicación y ausencia de creatividad. En un mal ambiente laboral es difícil que surjan ideas espontáneas y modos óptimos de resolución de conflictos. Más bien, observarás una actitud apática y conformista ante las propuestas o incidencias. Además, la información viajará en canales diseñados de manera poco eficaz o sin previsión, con lo que no llegará al receptor adecuado ni en el tiempo necesario.
- Falta de compañerismo. Dada la extensión del mercado en la actualidad aumentan las probabilidades de que debas aprender a convivir con todo tipo de compañeros y responsables. Detectar ausencia de apoyo mutuo en un equipo es la última pista.
Para que haya mal ambiente laboral no es necesario que se den todas estas pistas. Con alguna de ellas es suficiente para generar un clima en el que no puedas progresar profesionalmente. Esa puede ser la razón para buscar una salida. A menos que veas claro que puedes esquivar el mal ambiente o incluso transformarlo, lo más inteligente es que vayas buscando alternativas.
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