Se trata de algo fundamental en un buen ambiente laboral, y un buen síntoma de relaciones sanas entre compañeros. Sin embargo, cuando quieres apoyar en el duelo, no siempre sabes cómo hacerlo. Y es normal, pues la muerte es un tabú social. Para empezar, puedes consolar y validar los sentimientos del otro desde la escucha activa y la empatía es clave.
También será necesario no proyectar tus propias experiencias, pues cada situación es diferente y transciende los paralelismos. Si se trata de un fallecimiento reciente, de un menor de edad o inesperado, es especialmente importante saber que esa persona necesitará más tiempo para asumirlo. En cualquier caso, siempre conviene dar todo el tiempo que se necesite.
La inestimable labor de apoyar en el duelo
Apoyar en el duelo por una pérdida a un compañero de trabajo significa acompañarle en su proceso. Es habitual limitarse a ofrecer las condolencias o el pésame en señal de respeto tras el fallecimiento.
La muerte es un tabú social que tiene unos rituales, como el funeral, marcados por las diversas tradiciones donde poder expresar el sentir. Sin embargo, las condiciones laborales no siempre ofrecen margen para hacerlo.
El Estatuto de los Trabajadores establece que, por el fallecimiento de un familiar, corresponden 2 días de permiso retribuido. Serán 4 días en el caso de tener que desplazarte a una comunidad diferente a donde se trabaja.
Así que es frecuente que, cuando se vaya a incorporar tu compañero o compañera, esté todavía en plena elaboración del duelo. El duelo es la manera que tenemos de poder comprender lo que está pasando. Es un trabajo, un proceso dinámico y transformador que cumple unas fases conocidas: negación, rabia y aceptación.
Sin embargo, no todas las muertes son iguales. Piensa que puede tratarse de la pérdida de un menor de edad o una muerte inesperada por accidente. En estos casos la persona puede caer en depresión, y no tener capacidad ni recursos para pedir ayuda.
Pautas claves para saber cómo acompañar a un compañero
Consolar a un compañero que trae al entorno laboral el duelo por un fallecido cercano, puede activar emociones en el resto que no tienen por qué saber gestionar. Las propias y las de otros. Es normal, habitual y te lo puedes permitir. Este es el primer paso, pero hay otras herramientas que pueden ayudarte en la gestión del duelo:
- Empatía y escucha activa: recuerda saber colocarte en su lugar. Pero también ten presente que el lugar central es el suyo, es decir, no debes proyectar tu historia personal. Es muy difícil sostener la emoción ajena, sobre todo si es dolorosa. Pero muchas veces la otra persona solo necesita que valides su sentir y que estés delante.
- Apoyo práctico y emocional: una de las frases habituales tiene que ver con ofrecerse, pero en términos generales. Seguro que has dicho o escuchado el famoso: “si puedo ayudar en algo, no tienes más que decírmelo”. Aunque está bien como marco, la persona en duelo estará aturdida y con la voluntad débil. Por eso es mejor que ofrezcas un apoyo concreto, del tipo: “mañana recojo a tus hijos y los llevo con los míos al parque a jugar, si quieres”. O incluso presentarte en la oficina con unos maravillosos tappers, eso nunca falla.
- Respeto y sensibilidad: muestra que entiendes el proceso en el que se encuentra aceptando las diferencias del suyo propio. Acepta que pueda estar más susceptible o enojado en la jornada laboral. Sé comprensivo con respuestas impulsivas o errores porque forman parte también de la transición de ese laberinto. Dale tiempo e intercede por ella o él si es necesario.
- Cuidado de la salud emocional y recursos de apoyo: la salud mental y emocional cada día es más reconocida. Sin embargo, aún que da mucho camino que recorrer. Si conoces profesionales o acompañantes que puedan aportar en su proceso de duelo, ofréceselos. Pero siempre con una actitud respetuosa, pues puede que los rechace incluso de malas maneras. También puede ser que necesite más tiempo para recurrir a estructuras más formales, como terapia individual o grupos de apoyo.