En la mayoría de las ocasiones, cuando queremos conciliar nuestra vida laboral y familiar solemos pedir una reducción de la jornada laboral. El nacimiento de un hijo, la fase correspondiente a la lactancia materna o el cuidado de un familiar enfermo suelen ser las principales causas. La reducción de jornada está perfectamente recogida en el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores. Te contamos sus efectos y repercusiones y cómo solicitarla.
Cuándo se puede pedir una reducción de la jornada laboral y cómo hacerlo
La solicitud de una jornada reducida es un derecho laboral que suele venir motivado por una necesidad de conciliación familiar, ya sea por una guarda legal, una enfermedad o situaciones similares que dificultan la realización de la jornada ordinaria estipulada.
Los supuestos para solicitarla son:
- Guarda legal de hijos: hasta que el menor cumpla doce años.
- Cuidado de mayores o de un familiar: hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad y cuando, por razones de edad, accidente o enfermedad no pueda valerse por sí mismo. También se incluye el cuidado de personas con una discapacidad cuando no desempeñen una actividad retribuida.
- Hospitalización o tratamiento continuado: cuando existe un menor enfermo que necesita un ingreso hospitalario de larga duración y es necesario su cuidado permanente.
- Víctimas de violencia de género o del terrorismo: Además de la reducción, también pueden optar por reordenar su tiempo de trabajo con una adaptación de la jornada laboral, un horario flexible o con otras fórmulas que se utilicen en la empresa.
- Solicitud voluntaria: aunque no se cumpla ninguno de los requisitos anteriores. Se deberá demostrar que la reducción no repercutirá en la productividad. No obstante, la empresa no estaría obligada a concederla.
Para obtener esta reducción de la jornada laboral hay que tener en cuenta los siguientes aspectos, entre otros:
- La solicitud se realizará por escrito y con una antelación de 15 días.
- La reducción será de un octavo, como mínimo, y de la mitad de la jornada, como máximo. Solo en los casos de cuidados de un hijo hospitalizado podría ser de la mitad de la jornada y hasta un máximo del 99% de la misma.
- El salario siempre se verá afectado de forma proporcional al tiempo de reducción solicitado.
Ventajas y desventajas de tener una reducción de jornada
Es previsible que una reducción voluntaria de las horas semanales de trabajo redunde en la mejora de las condiciones de vida del empleado. De esa forma, el trabajador podrá disponer de más tiempo para solventar una determinada problemática familiar.
De la misma forma, este hecho contribuirá a reducir su nivel de ansiedad o preocupación y favorecerá su productividad.
La otra cara de la moneda es, lógicamente, la merma económica que la reducción supone. Además, existen situaciones en las que las empresas sufren más de la cuenta los ajustes resultantes de este tipo de reducciones. En algunos casos no cuentan con personal suficiente o con la formación adecuada para completar dichas horas, y esto termina provocando problemas de reajustes horarios o de sobrecostes por horas extras de otros empleados.
No obstante, empieza a ser evidente que la tendencia de futuro es la de una reducción paulatina de la semana laboral, del tiempo que dedicamos al trabajo. En algunos países europeos y también en España, ya estamos escuchando voces autorizadas defendiendo estos postulados. De hecho, se han puesto en marcha diferentes pruebas piloto y han surgido movimientos sociales y políticos a favor de una semana de cuatro días.