Las diferencias entre profile y portfolio tienen que ver con el contenido y con su propósito en el currículum. Si quieres ser más visible y competitivo, necesitas incluir los dos en tu perfil. El profile cubre los aspectos profesionales como la trayectoria o los logros laborales. El portfolio demuestra en la práctica tus habilidades y competencias y se sirve del diseño. Cuando lo presentas para una candidatura deberás adaptarlo al sector y al tipo de actividad.
Diferencias entre profile y portfolio
Las principales diferencias entre profile y portfolio tienen que ver con su propósito dentro del currículum. Ambas se complementan, y por eso es recomendable que cuentes con las dos. Para visibilizar y destacar con tu currículum debes añadir estas dos herramientas. Se caracterizan por:
- Profile: Este es el perfil profesional. Aquí deben destacar tus competencias y habilidades, además de tu experiencia profesional. Ya sabes, título de tu profesión (elige lo más acertado para cada ocasión), años de trayectoria, sectores de experiencia, formación más importante y elementos clave que te diferencien (idiomas o colaboraciones internacionales).
- Portfolio: Equivale a contar con una sección destacada de tu perfil. Un buen diseño ayuda a lograr mayor impacto en la percepción que tiene un empleador potencial de tu candidatura. Muestra exactamente lo que haces, además de exponer lo que puedes hacer, lo cual es el rasgo principal del CV. Por ejemplo, si eres diseñador, aprovecha para darle formato al documento y demostrar en la práctica lo que sabes hacer. También puedes incluir archivos, enlaces web o presentaciones interactivas.
Cómo adaptar el profile y el portfolio para diferentes industrias o actividades
Si quieres adaptar el portfolio profesional para una candidatura en concreto, debes incluir actualizaciones que sean significativas. Por ejemplo, el dominio de un nuevo lenguaje de programación o el último logro laboral de tu biografía.
Cada vez es más habitual incluir un personal portfolio. En ocasiones las empresas buscan soft skills que no se muestran necesariamente en las competencias técnicas o la experiencia. Por ejemplo, un ejemplo de portfolio apto para trabajar en el sector educativo o de cooperación al desarrollo, incluiría participación en organizaciones no gubernamentales, trabajo de voluntariado o formación teatral.
Sin embargo, si optas por un puesto técnico en una compañía de gran volumen, es aconsejable acompañar a tu currículum de un project portfolio. Cuida la imagen porque habla de ti. Incluye solo la experiencia que esté relacionada con la empresa a la que optas y el puesto que vas a cubrir.
Destaca las habilidades que tienen que ver con las funciones que vas a desarrollar en la vacante. Incluir esta información demuestra interés, compromiso e iniciativa. Si quieres hacer un project portfolio bien definido, debes incluir lo siguiente:
- Datos del proyecto
- Nombre del Proyecto
- Detalles sobre el gerente del proyecto y el patrocinador del proyecto
- Carta o descripción
- Calendario e hitos
- Nivel de riesgo
- Asignación de recursos
- ROI
- Calendario de informes y herramientas
- Datos organizativos: recursos y habilidades disponibles, asignaciones de recursos actuales y futuras
Por último, para enfocar el propósito del documentos recuerda que las carteras de proyectos se clasifican en tres tipos:
- Creación de Valor: cuando se trata de proyectos estratégicos o empresariales que suman a la cultura corporativa.
- Proyectos Operativos: son aquellos que mejoran la eficiencia de la organización y cumplen con unos requisitos funcionales básicos.
- Cumplimiento: proyectos que deben completarse para mantener el cumplimiento normativo.