Desde que las máquinas nos superan en casi todo, y el mundo laboral se ha convertido en un lugar en el que debemos actualizarnos cada tanto como el software de nuestros móviles, cursos, talleres, formaciones, másteres y especializaciones proliferan durante las jornadas laborales. Es la materialización del concepto longlife learning que apunta a una continua necesidad de que las habilidades laborales estén engrasadas: siempre hay algo que aprender por más que se sepa.
Es más, en muchas ocasiones lo que hay que hacer es “desaprender”, hacer desaparecer de las inercias antiguos esquemas para incorporar nuevas formas de trabajo. Hoy nos hemos propuesto resolver algunas cuestiones respecto a la formación continua en la empresa que pueden generar dudas.
La formación continua en la empresa se considera tiempo de trabajo
El caso más paradigmático del tipo de formación obligatoria en las empresas es la formación en PRL (Prevención de Riesgos Laborales). Todas las personas que trabajan en una empresa están obligadas, por ley, a conocer los detalles de la PRL que se exige para sus puestos. Esta formación puede realizarse dentro de la jornada laboral y se contabiliza como tiempo de trabajo. Si no fuera posible, y la formación tuviera que facilitarse en otro momento, el tiempo invertido se descuenta de la jornada en otro momento. O puede compensarse económicamente, como si se tratara de horas extraordinarias.
Debe facilitarse la formación voluntaria del trabajador
Conforme se profundiza en la vida profesional, se definen mejor las propias expectativas sobre las aspiraciones profesionales, la dirección de los intereses del oficio y porque, a menudo, surgen oportunidades de crecimiento. La formación continuada aparece como la solución (y el requisito) para resolver algunas carencias que permitan enfrentar nuevos retos.
Si vas a afrontar un periodo de aprendizaje y formación, puede que te interese saber que la empresa debe facilitarte las condiciones para que puedas llevarla a cabo. Siempre dentro del marco del convenio colectivo. Se tendrá preferencia a la hora de solicitar un turno de trabajo, obtener permiso para acudir a exámenes o la adaptación de jornada si se trata de la obtención de un título oficial o un certificado de profesionalidad.
La formación obligatoria se paga como horas trabajadas
La llegada a la empresa de herramientas para facilitar el cambio y la innovación requiere del aprendizaje necesario para integrarlas en las labores del día a día. Software de gestión, digitalización, nuevas dinámicas de organización, requieren de formación específica para que las personas se adapten a los nuevos requisitos del puesto.
Esta formación es responsabilidad de la empresa. Constituye una mejora en el talento de su plantilla y, por lo tanto, se trata de una inversión con el retorno multiplicado. La formación en estos casos es tiempo de trabajo, debe hacerse dentro de la jornada laboral y, si no fuera posible, será compensada con tiempo o económicamente.
Formación profesional específica gratuita para la empresa
Las empresas que cotizan por la formación profesional de sus trabajadores cuentan con un crédito anual para formación, que se gestiona a través de la organización Fundae. Esta formación se puede hacer realidad a través de los PIF, permisos individuales de formación.
Estos permisos están orientados a favorecer el desarrollo profesional y personal de los trabajadores de una empresa. Se realiza a través de formación bonificada mediante la cual se puede obtener un título oficial o una acreditación de cualificación profesional. Investiga si puedes adquirir nuevas capacidades que enriquezcan tu perfil participando de esta formación.