En ocasiones las oportunidades laborales se producen fuera de nuestras fronteras. Hay quienes ya ha fundado una familia, tienen algún hijo y, sin esperarlo, surge la posibilidad de salir al extranjero. En estos casos, ¿qué trámites y derechos afectan a tu cónyuge o/y a las personas a tu cargo si decidís que te acompañen durante tu estancia?
¿Qué trámites se suelen pedir?
El traslado con la familia dentro de las fronteras de la UE es un proceso de tramitación sencilla gracias a la Directiva sobre libre circulación mediante la cual la ciudadanía europea tiene libertad de movimiento, residencia y trabajo dentro de la Unión. En toda la UE, además de Islandia, Liechtenstein o Noruega las personas de tu familia que te acompañen, en el caso de que tengas que desplazarte por trabajo, tendrá los mismos derechos que tú, tanto si son trabajadores, están buscando empleo, cobrando una pensión o son estudiantes.
Aunque, dependiendo de cada caso, habrá que cumplir una serie de requisitos adicionales. Si estás cobrando una pensión, tus familiares pueden vivir contigo a condición de que tengan ingresos suficientes y un seguro médico completo en el país de acogida.
Si te desplazas por motivos de estudios a un país de la Unión Europea, las personas a tu cargo podrán acompañarte siempre y cuando te hayas matriculado en un centro educativo reconocido, podáis demostrar que tenéis ingresos suficientes durante la estancia y un seguro médico.
Cuando han transcurrido más de cinco años seguidos en un mismo país miembro se obtiene la residencia permanente.
Depende del país al que emigres…
Algunos países pueden añadir a sus requisitos de estancia el que notifiques tu presencia cuando ya ha pasado un tiempo prudencial desde tu llegada. Normalmente, esto debe hacerse cuando hayan pasado más de tres meses. Se trata de un trámite sencillo en el que habrá que acudir al ayuntamiento de la localidad donde te hayas instalado o a la comisaría de policía llevando tu DNI o el pasaporte.
Algo que hay que tener presente es que hay derechos que todavía no están conseguidos dentro de la propia Unión Europea. En algunos países no existe el matrimonio igualitario. Aún así, si estás casado con una persona de tu mismo sexo el país en el que viváis debe reconocer el derecho de residencia de tu pareja.
Brexit
En el caso de que el traslado se haga al Reino Unido los trámites estarán supeditados a las nuevas circunstancias. La salida del Reino Unido de la Unión Europea, el llamado Brexit, tiene fecha definitiva de comienzo el 30 de marzo de este año. A partir de ese momento, improrrogable, dará comienzo un periodo transitorio que finalizará, aunque está previsto que pueda ser prorrogable si ambas partes- UE y RU-así lo acuerdan, en diciembre de 2020.
Será entonces cuando de comienzo el acuerdo de retirada y sea necesario obtener un nuevo estatuto de residencia en el Reino Unido con nuevas condiciones. Básicamente, estará supeditado a las siguientes condiciones:
- Estar trabajando por cuenta propia o ajena.
- Demostrar suficiencia de recursos.
- Tener un seguro de enfermedad que cubra todos los riesgos.
Los familiares que acompañen a un trabajador tendrán los mismos derechos si la persona en cuestión cumple en todo momento con todos los requisitos.
Quienes hayan acumulado más de cinco años de residencia no tendrán que satisfacer estos requisitos ya que cuentan con la residencia permanente, aunque sí deberán obtener un nuevo estatuto de residencia (settled status) conforme a la legislación británica.
Países family friendly
Dentro de la UE hay países donde formar una familia está lleno de ventajas. Los permisos de maternidad y paternidad son amplios y están cubiertos por un gran porcentaje del salario cuando no se recibe el cien por cien. Además, la educación de los pequeños es gratuita y se perciben ayudas por hijo.
Es el caso de Suecia, Noruega, Dinamarca o Estonia. La cultura familiar de estos países facilita la conciliación con horarios laborales que no se extienden más allá de las 17. En algunos casos el permiso de paternidad, como en Estonia, es intransferible, solo puede disfrutarlo el padre, por lo que facilita una cultura de corresponsabilidad en los cuidados donde no se penaliza a los hombres por tomarse los permisos de paternidad que le corresponden.
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