Más de 21 millones de alumnos estudian español actualmente. Nuestro idioma es la tercera lengua más hablada en el mundo, por detrás del inglés y el chino. Y las cifras no van a parar de crecer. Según se recoge en un informe elaborado por el Instituto Cervantes, en 2050 el 7,8% de la población mundial hablará en español. Es decir, unos 754 millones de personas podrán comunicarse en nuestra lengua. Este creciente interés por nuestra lengua ha impulsado también la demanda de profesores de lengua española en el extranjero (ELE). El  Informe de Empleo en Educación señala esta profesión como una de las diez con más futuro en el ámbito educativo en los próximos años.

El español se disputa con el francés y con el chino mandarín el segundo puesto en la clasificación de idiomas más estudiados. El interés por aprender español es especialmente intenso en Estados Unidos y el Reino Unido. En Estados Unidos es el idioma más estudiado en todos los niveles de enseñanza. Dentro de la Unión Europea, Francia, Suecia y Dinamarca son los países donde más alumnos de secundaria estudian español como lengua extranjera.

Es prácticamente imposible hacer un cálculo completo de todos los profesores de español para extranjeros que ejercen en estos momentos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Sólo durante el curso 2015-2016 el Instituto Cervantes registró casi 90.000 inscripciones para los exámenes de DELE (los títulos oficiales acreditativos del grado de competencia y dominio del idioma español que otorga esta institución en nombre del Ministerio de Educación).

¿Qué trabajo realiza un profesor de español para extranjeros?

Su trabajo se centra sobre todo en adaptar el idioma al contexto particular del lugar donde imparta las clases. También deben encontrar las necesidades exactas que tiene cada alumno, anticiparse a sus dudas y motivarle para que siga aprendiendo y mantenga el interés por ese idioma. La elaboración de contenidos a medida, de material complementario que pueda utilizarse de forma online, la redacción de las clases, la metodología con juegos y otros elementos para mantener la atención del alumno son algunas de las labores propias de este perfil profesional.

Para definir cuáles son las funciones que deben realizar estos profesionales, el Instituto Cervantes ha publicado un documento titulado “Las competencias clave del profesorado de lenguas segundas y extranjeras” donde recoge en estos ocho puntos cuáles deben ser sus competencias:

>> Participar en los proyectos de la institución donde trabaje e identificar los problemas para proponer mejoras

>> Uso de las TIC para llevar la innovación a las clases, por ejemplo mediante recursos online

>> Adaptar el plan de estudios a los alumnos

>> Evaluar el aprendizaje y actuación del alumno mediante herramientas como pueden ser glosarios, pruebas de nivel, etc.

>> Saber gestionar sentimientos y emociones que puedan tener consecuencias negativas para el desarrollo de las clases

>> Hacer un trabajo de observación y autoevaluación para detectar las posibles mejoras en sus clases y en la institución en la que trabaje

>> Facilitar la comunicación intercultural

>> Implicar a los alumnos en el control de su propio aprendizaje para que cada vez sean más autónomos

El sueldo que perciben estos profesionales varía mucho dependiendo de si realizan su labor dentro o fuera de España y para qué tipo de centros. Si trabajan en centros de formación no reglada como academias y empresas privadas de idiomas su sueldo suele ser bastante bajo (en torno a los 11.000 – 13.000 euros al año). Si dan clases a estudiantes extranjeros en universidades españolas pueden cobrar en torno a los 23.000 – 26.000 euros anuales, cifra que puede alcanzar hasta los 35.000 si alcanzan la categoría de profesor asociado.

Si trabajan fuera de nuestras fronteras, el sueldo que perciban dependerá de su categoría (auxiliares de conversación, lectores, profesores visitantes…) y del país donde desempeñen su actividad. Por ejemplo, en Estados Unidos y Canadá estaría entre 30.000 y 70.000 dólares, en Reino Unido entre 23.000 y 45.000 libras anuales, en Polonia y Rumanía cobrarían unos 18.000 euros anuales.

Cómo formarse para ser profesor de español para extranjeros

La formación más adecuada para este perfil es contar con un Grado en Filología Hispánica. Aunque se pueden estudiar también otros grados relacionados (otras filologías, lingüística y lenguas aplicadas, traducción e interpretación…). En términos generales, hay que tener una buena formación en el idioma español y también un buen nivel en el idioma del país donde se ejerza. Pero también habilidades para saber trasmitir esos conocimientos.

La formación más demandada para la preparación como profesor de español en el extranjero son los cursos de preparación para los exámenes DELE. Este título, que otorga el Instituto Cervantes en nombre del Ministerio de Educación y Formación Profesional, certifica tener un buen nivel del idioma tanto escrito como oral. Para acceder se requiere tener formación universitaria, experiencia anterior como docente de español como lengua extranjera, formación específica sobre ello y tener una competencia adecuada en inglés o francés.

También se puede cursar el Máster en Español como Lengua Extranjera (ELE) para ser docentes de español que ofrecen varias universidades, y en el que se estudia desde el estudio fonético, gramático y ortográfico del español, hasta literatura española o aprendizaje y teorías en Educación.

Paula Román Ferrer es profesora de español para extranjeros desde hace más de cinco años. Imparte clases en Suffolk University Madrid y además trabaja con alumnos on-line de diferentes países como Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos o Australia. Nos cuenta en este vídeo qué formación, capacidades y actitudes debe tener un profesor que quiera dedicarse a impartir este tipo de enseñanza.