Poder desarrollar parte de la carrera profesional en un entorno internacional, dentro de la misma firma, supone una gran ventaja competitiva.
En algunos casos, es una etapa obligada para la continuidad del ascenso profesional dentro de la compañía, puesto que siempre es una experiencia enriquecedora; añade vivencias únicas que optimizan el desarrollo personal/profesional y el vínculo con la empresa. También es sumamente beneficioso para la empresa, ya que es un medio para satisfacer las necesidades de nuestros, cada vez más globalizados, clientes.