Hace pocas semanas se anunció que desde este 2013 los profesores interinos de Cantabria que cuenten con un contrato en horario reducido tienen derecho a buscar un segundo empleo para llegar a fin de mes. Según cuenta el Diario Montañés, trabajar a media jornada y ganar cerca de 400 euros mensuales hace que muchos de los que han ganado su plaza tengan que renunciar a ella. Y es que no les compensa ese salario si tenemos en cuenta los costes de desplazamiento que han de afrontar. Otros han encontrado un trabajo a tiempo completo en una rama profesional ajena a su formación. Lo sorprendente, además de la precariedad de la situación, es que no se haya hecho nada al respecto hasta ahora.
Desde que comenzara la crisis más de la mitad de las personas que actualmente se encuentran en activo desempeñarían un segundo empleo para poder aumentar sus ingresos, divulgaba un estudio de la empresa alemana de trabajo temporal Randstad. Este dato evidencia aún más lo que ya sabíamos: que ni tan siquiera el reducido número de personas que tienen trabajo en España llegan a fin de mes de manera holgada.
Sin necesidad de contar con la red de contactos de Amy Martin, la musa renacentista del pluriempleo bien remunerado, los españoles cada vez dan más rienda suelta a su imaginación para buscarse una segunda ocupación. Una de las cosas por las que se nos conoce es por ser creativos y parece que vamos a tener que seguir echando mano de esa virtud para poder salir adelante.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), técnicos y profesionales científicos e intelectuales y el sector de trabajos no cualificados destacan como sectores de ocupación de un segundo empleo en el tercer trimestre de 2012. Según esta misma encuesta solo un dos por ciento de los trabajadores encuestados reconocen tener otro u otros empleos, aunque es probable que tan pocas personas lo declaren abiertamente debido a las desventajas fiscales que conlleva.
Una de las soluciones a la hora de encontrar una fuente de ingresos extra, ya que se va a invertir tiempo destinado a su tiempo libre, es acercarse lo más posible con las aficiones personales. Si entre los hobbies se encuentra crear algo con sus propias manos -ya sea ropa, muebles o cupcakes- se puede intentar vender a través de su propia web internet de redes sociales, o en lugares como Etsy.es.
Quizá es el momento de rentabilizar la inversión en algunos estudios o formación que nunca han llegado a aplicarse en su carrera profesional. Controlar algún idioma o algún programa informático que no se usa en la oficina puede ser un motivo para ofrecer clases particulares.
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Imagen bajo licencia Creative Commons (Ryan Ritchie).
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