Últimamente están proliferando las plataformas de servicios que te redactan un TFG o trabajo de fin de grado, un TGM o fin de máster o cualquier tipo de texto académico que tengas la necesidad de presentar. Detrás de estos encargos, pueden encontrarse redactores profesionales o particulares que se comprometen a entregar lo que a otros les corresponde presentar. Eso sí, su implicación es meramente comercial. ¿Realmente resulta tan ventajoso como parece?
En muchos casos, te aseguran la confidencialidad del encargo. Te dan la posibilidad, incluso, de hacer entregas parciales para que las puedan ir supervisando los coordinadores del TFG o TGM. Además, se suelen comprometer a presentarte un documento original, no un refrito de copipegados.
Qué está evaluando el trabajo fin de grado
La presentación de proyectos fin de carrera o trabajos fin de carrera, que engloba tanto los TFG como los TGM, se implantó a partir de la entrada en vigor del Proceso Bolonia. Este acuerdo fue firmado en 1999 por todos los ministerios de educación de los distintos países europeos para armonizar sus respectivos sistemas educativos.
El proyecto debe sintetizar e integrar las competencias logradas durante el tiempo que se ha cursado el grado o el máster. A diferencia de la tesis doctoral, este tipo de documento académico no requiere una labor de investigación. Solo pretende comprobar que se han adquirido los conocimientos impartidos y que se han cursado con aprovechamiento las enseñanzas recibidas.
Muchas veces es la facultad la que propone los temas. Se irán asignando al alumnado en función, si es posible, de sus preferencias. Pero también puede partir de una propuesta por parte del alumnado, que incluso puede contar con la colaboración de instituciones, organismos o empresas en la realización de su trabajo.
Se asignará un docente que coordinará tu TFG o TFM y te orientará durante el proceso. El procedimiento concluye con la evaluación del trabajo por un tribunal designado por la comisión de evaluación de los proyectos fin de carrera.
Plagios y copipega en los proyectos fin de carrera
No se trata solo de una cuestión moral, encargarle a otros un trabajo que debes haber realizado tú puede llegar a ser muy poco práctico.
Es cierto que te suelen asegurar que el trabajo va a ser original. Sin embargo, esto es difícil de comprobar, y lleva tiempo, algo que se supone que le falta al alumno que contrata este tipo de servicios. Sin embargo, una persona que tiene acceso a revisar muchos trabajos es capaz de detectar rápidamente el plagio. Esta persona podría encontrarse en tu comité de evaluación. En tal caso, tu evaluación se vería comprometida. Por otro lado, una gran parte de universidades emplean software capaz de detectar un volumen de plagio no citado superior al permitido.
Por otro lado, hay quien recurre a este tipo de servicio no por pereza, sino porque no se ve capaz de desarrollar un trabajo escrito con el nivel suficiente como para presentarlo a revisión. La orientación de quien te coordine el trabajo puede ayudarte mucho, pero además puedes realizar un curso donde adquieras las competencias en redacción que, al fin y al cabo, se exigen para desenvolverte en el ámbito académico.