La insatisfacción laboral ocupa progresivamente más espacio en la percepción de un trabajador. Se extiende paulatinamente como una mancha de vino, pero al principio no siempre es evidente. Analizar los contextos en los que surge es un principio para gestionarla. Algunas señales están estrechamente vinculadas a las causas y a las motivaciones del empleado. Sentirse desgraciado en el trabajo es la epidemia del siglo XXI. Cambiarlo empieza por ser consciente.
Contextos de insatisfacción laboral
Una amiga mía decía al terminar la jornada: “Me voy con la satisfacción del deber cumplido”. Las expectativas o anhelos de los trabajadores están relacionadas con las causas y señales de la insatisfacción laboral. Para analizar los escenarios en que puede surgir y las formas en las que se expresa, es recomendable ampliar el foco. ¿Qué espera un trabajador de su jornada? ¿Qué le motiva cada día? ¿Cuándo se ha producido el cambio de actitud?
Existen diversas categorías de insatisfacción laboral, pero todas pueden agruparse en estos cuatro contextos:
- Malestar con los responsables: algunos líderes no saben detectar las necesidades de la plantilla, sobrecargan a sus empleados o sencillamente los tratan de manera injusta. Los casos límites llegan al acoso, mobbing o discriminación por distintos sesgos.
- No conforme con la cultura empresarial: fricciones al no estar alineados los objetivos de los empleados con la estrategia de la organización.
- Salario: tanto el exceso de tareas como la desproporción de la retribución genera insatisfacción. Asociada está la falta de un plan de carrera y de incentivos que te permita dotar de sentido futuro a tu trabajo.
- Fatiga o burnout: expresada en un cansancio físico y mental, como problemas de sueño, apatía, falta de atención o baja autoestima. Puede estar relacionado con tareas repetitivas o con falta de creatividad e innovación en el puesto de trabajo.
Estrategias de actuación ante el cambio
Dar un cambio no significa necesariamente cambiar de empresa o de actividad, puede referirse también a tomar otra actitud frente a una situación que en ocasiones es difícil de cambiar. Este análisis serviría para generar una estrategia de actuación. Lo primero es aclarar que quejarse es un derecho y no un privilegio. Pero puedes caer en arenas movedizas que te dificulten o te impidan detonar la acción.
Tras darte cuenta de esa señal de insatisfacción laboral, deja de quejarte y toma la responsabilidad y la agencia de tu vida. Eso implica aceptar que habrá muchas cosas que no puedas cambiar, pero otras que sí. Así que el siguiente escalón es la aceptación. Practica la meditación para ser consciente de los espacios donde puedes intervenir.
En este momento, define tu situación ideal. Piensa en un futuro extraordinario compatible con tu realidad. Para ello, analiza tu situación actual: vida familiar, talento y capacidades o la situación económica. Con toda esta información, elabora un plan de actuación. Siempre es aconsejable, sentirte acompañado en este proceso. Enfoca en lo que sí te gusta en tu trayectoria profesional, y sigue estos pasos si decides colocarte en búsqueda activa de un nuevo trabajo:
- Actualiza tu CV y personalízalo para la nueva empresa o sector.
- Busca la legalidad sobre el tiempo y la manera de formalizar tu renuncia.
- Organiza la salida sin dejar trabajo pendiente, de cara a asegurar una buena relación con la empresa que dejas. Piensa que puede ser futura recomendadora de tu perfil.
Si estás decidido a cambiar, recuerda que en Infoempleo puedes encontrar la nueva oportunidad laboral que estás buscando. ¡Mucha suerte!