Las competencias son saberes que no se demuestran en un día; sin embargo, sí pueden observarse durante el periodo de prueba cuando entras en un nuevo trabajo. Por este motivo, pon especial cuidado en dejar claras tus aptitudes especialmente en este intervalo de tiempo. En este artículo encontrarás ejemplos de cómo demostrar las competencias de organización y gestión en situaciones reales.
Tres ejemplos que ilustran estas competencias
Hay muchos casos en los que las competencias de organización y gestión son imprescindibles. Hemos seleccionado tres situaciones que se dan en múltiples ámbitos y en casi todo tipo de empresas. Son representativas de puestos que requieren estas competencias en su desempeño.
Encontrarse al frente de una secretaría
En muchas ocasiones las empresas necesitan a alguien que atienda a los proveedores y colaboradores, al tiempo que da cobertura a usuarios, estudiantes o consumidores. Es una posición intermediaria que requiere una habilidad especial para tener en cuenta todas la peticiones. La organización se demuestra en manejarse con soltura con las bases de datos, hacer un buen uso de las herramientas de comunicación y de envío y recepción de materiales, y estar pendiente de todas las modificaciones y actualizaciones que se van produciendo. La gestión se ve reflejada en la planificación y la adecuación a los calendarios que se exigen.
Estar al frente de un proyecto
Este tipo de puesto necesita que se coordinen muchos pasos para poder conseguir un objetivo en un tiempo determinado y con unos recursos limitados. La organización se demuestra en el timing que se realiza para planificar la integración de cada fase, en que este timing sea lo más real posible y en que no se quede ningún proceso obstruido que impida llegar al objetivo propuesto. Se evidenciará una buena gestión si se prevé los recursos o se aprovechan al máximo los que se tienen.
Mantenerse al frente de un equipo
Esta es una tarea que tiene dos tipos de exigencia, una a corto plazo, que es la que dicta los objetivos semanales, mensuales, anuales…, y otra a largo plazo, que se refleja en que el equipo mantenga una cohesión, comunicación y eficiencia adecuadas a las necesidades de la empresa. Se evidenciará una buena organización si se reparten las tareas de manera apropiada y se asignan los cometidos en función de las mejores habilidades de cada miembro del equipo. En cuanto a la gestión, es imprescindible mantener una comunicación con la directiva o con quienes coordinan tu trabajo para poder dar respuesta a lo que la empresa necesita de ese equipo.
Competencias de organización y gestión en el currículum
Lo primero que te vamos a recomendar es que actualices con regularidad tus competencias, sea en tus perfiles digitales como el de Infoempleo, o bien en los que envíes en papel o en pdf. De esta forma te aseguras de que cada logro que has adquirido queda reflejado en una línea de tu perfil.
Si vas a acceder a un puesto donde se te piden las competencias de organización y gestión, tienes que colocar en un lugar visible la información. Para ello, se puede recuperar una costumbre anglosajona muy valiosa en estos casos. El CV se abre con una pequeña bio en la que se indica muy brevemente la profesión que ejerces, el logro profesional más destacado y las cualidades que mejor te definen. Aquí es donde se podría mencionar esta información.
Además, en el apartado de Habilidades y competencias se puede recordar de nuevo que se cuenta con ellas y asociar un ejemplo práctico, como “tengo habilidad para asignar a cada miembro del equipo la tarea que mejor puede desempeñar” o “soy capaz de realizar una planificación muy ajustada a los tiempos reales de los que se dispone para cada proyecto”.
Por último, y aunque te parezca muy repetitivo, conviene mencionar estas competencias en la carta de presentación. Si es posible, vuelve a incidir en el tema durante la entrevista. En este último caso, si tienes oportunidad, cuenta alguna anécdota de tu trayectoria que haga visible que eres una persona capacitada para organizar y gestionar.