Tener en cuenta determinados aspectos de la comunicación humana pueden servir para movernos en los entornos laborales con una mayor eficacia. Lo que decimos importa, pero cómo envolvemos eso que decimos importa casi más. El lenguaje corporal o kinesia supone cerca de un 90% de la expresión humana. Refleja estados más cercanos a lo que se piensa o a lo que se siente, por lo que proporciona autenticidad (o se la resta) a lo que se dice. La kinesia es parte de la comunicación no verbal. Vamos a conocer algunas claves.
Qué es la kinesia
Junto con la proxemia (distancia personal) y la paralingüística (tono, volumen de la voz, risa…), la kinesia forma parte de los tres pilares de la comunicación no verbal. Se trata del lenguaje del cuerpo, e incluye gestos, movimientos corporales y movimientos de los ojos como el parpadeo, la duración o la dirección de la mirada. También la postura y las expresiones faciales.
Los gestos se pueden clasificar según su uso: desde los emblemáticos como agitar la mano para saludar, los ilustrativos que sirven para acompañar el discurso hablado, las muestras de afecto hasta los que dejan ver el estado emocional, etc.
Los movimientos corporales que tiene en cuenta la kinesia son los que se hacen con manos, brazos y piernas. De manera tanto voluntaria, para enfatizar la expresión, por ejemplo, como involuntaria. Es muy eficaz para leer más acertadamente a tu interlocutor.
Cómo utilizar en el entorno laboral la kinesia
En un ambiente laboral la proxemia, es decir, la distancia intrapersonal que se usa es mayor a la que buscamos con una persona de nuestro círculo más íntimo. En entornos de trabajo se emplea sobre todo la distancia causal-personal, donde la separación con el interlocutor varía entre 50 cm y 120 cm. Se utiliza una distancia menor a la que ha obligado la pandemia, la distancia social (entre 1.20 m y 3 m).
La causal-personal es la distancia a la que se suele hablar a los compañeros de trabajo. Sobrepasar estos límites puede causar extrañeza o, incluso, molestia.
Entre los gestos más utilizados en los entornos laborales están los apretones de manos. Se trata de una forma de saludo que no invade el espacio personal, el de la intimidad, pero genera una buena actitud hacia el interlocutor. En los consejos sobre comportamientos durante las entrevistas de trabajo se hace hincapié en el apretón de manos.
Hay que poner atención para no dar pistas sobre el estado emocional en una situación en la que, en general, hay sensación de vulnerabilidad porque se va a juzgar cada gesto que se haga. La mano debe darse con buen tono y durante el tiempo justo. Excederse puede resultar molesto, y darla sin apretar puede provocar la sensación al interlocutor de desconfianza o timidez.
La importancia del contacto visual
La mirada es una de las expresiones más interesantes de la kinesia. En general, mantener contacto visual con la persona con la que se habla es fundamental, tanto para percibir que se está siendo escuchado como para mostrar atención. Pero también debe haber momentos en los que se aparte la mirada, para no resultar intimidatorio. Durante una entrevista de trabajo es fundamental tener un buen contacto visual como muestra de autoconfianza.
También cuando estés hablando con compañeros o jefes. De alguna manera, llevar la iniciativa sobre el contacto visual (cuando sí y cuando no) tiene que ver con la posición que se ocupa en la pirámide. Servirá para regular el confort durante la conversación: facilitará la creación de un ambiente grato, pero también se empleará para reafirmar un determinado estatus. Por ejemplo, imponiéndolo utilizando una mirada severa.
Las personas situadas en una posición más elevada en el orden jerárquico de una empresa suelen manejar el contacto visual en sus relaciones con subordinados. Pocas veces bajan la mirada. Es un distintivo de poder. Por el contrario, que alguien de un estatus inferior mantenga la mirada puede resultar desafiante.
Tanto durante las entrevistas como en situaciones profesionales donde interactuamos con personas que no conocemos, es importante poner el máximo de elementos a nuestro favor para ofrecer una buena primera impresión.