Ser imperturbable. Ni sentir, ni padecer puede resultar una idea atractiva para afrontar la vida. Sobre todo en momentos en los que fuertes emociones desencadenan la pérdida del control y la compostura y se queda al descubierto la vulnerabilidad cuando no corresponde.

¿Qué es la ataraxia?

Los antiguos griegos llamaron a este estado de la mente ataraxia. Y pensaban que disminuyendo la intensidad de las pasiones se fortalecía el ánimo frente a las adversidades y, como consecuencia, se alcanzaba la felicidad. El fin último del ser humano. Epicúreos, escépticos y estoicos la practicaron habitualmente.

Más allá de lo beneficioso que puede ser el control de las emociones para tener una vida feliz, la ataraxia, que sería ir algo más allá, puede llegar de forma sobrevenida debido a un ictus o un fuerte golpe en la cabeza. En estos casos, el lóbulo frontal ve afectada su función amortiguadora del impacto de las emociones y ésta queda dañada. Como consecuencia, puede provocar que los estímulos que desencadenan enfado, ira o frustración no tengan reflejo emocional.

Las efectos sobre la motivación también son inmediatos. La reacción frente a hechos frustrantes, como por ejemplo no conseguir lo que se quiere, puede ser un desencadenante de la motivación, un acicate. Sin embargo, dicen los expertos que, si se padece ataraxia médica, difícilmente se mantendrá una actitud proactiva, más bien, se asumirá pasivamente lo que suceda.

La ataraxia médica tampoco dejará que se experimenten grandes alegrías ya que el estado emocional permanece inalterado. Otra de las características de esta dolencia es que no se reconocen ni aceptan los límites ni en los actos propios ni en los de los demás, algo que dificulta enormemente la convivencia. Tampoco se siente responsabilidad sobre las secuelas que puedan traer estas acciones.

¿Conoces la ataraxia? Es la verdadera razón de que todo te dé igual

La ataraxia médica en el contexto laboral

Este trastorno traerá necesariamente consecuencias negativas en el plano laboral. Los efectos se evidencian cuando se soportan situaciones injustas alargadas en el tiempo o se permanece en lugares donde reina un mal ambiente sin inmutarse. Esta falta de impulso impedirá que se inicien acciones para tratar de cambiarla.

Por otro lado, no tener la capacidad de sentirse afectado emocionalmente puede leerse como falta de interés e implicación, cuestiones que restarían puntos en el entorno laboral.

También afecta si se está a la búsqueda de empleo puesto que la ansiedad que genera encontrarse en una situación que no se desea no alcanza para motivar lo suficiente. Pueden pasarse los días sin que se den pasos para afrontar una búsqueda de empleo eficaz.