Cada persona, en función de sus características individuales, encaja mejor en un determinado ambiente de trabajo, en un determinado tipo de empresa. Según el modelo de Holland, existe una relación directa entre la personalidad de cada uno y el puesto en el que mejor encajaría. En este artículo vamos a conocer mejor esta teoría, que habla sobre los diferentes ambientes de trabajo en los que podríamos encuadrarnos según nuestra forma de ser.
El modelo de Holland: orientar hacia el ambiente de trabajo adecuado
John Lewis Holland fue un importante psicólogo estadounidense de la segunda mitad del s. XX. Estableció una teoría en la que definió seis tipos distintos de personalidad. A su vez, relacionó cada una de estas tipologías con seis itinerarios profesionales. Holland entendía, por tanto, que todas las profesiones podían clasificarse en esos seis ambientes de trabajo.
El objetivo era demostrar que, según nuestra personalidad, estamos más orientados a un ambiente de trabajo que a otro. Aquí entra en juego también el concepto de vocación.
Por lo tanto, el modelo tipológico de Holland sigue siendo una teoría esencial en orientación laboral. De sus postulados surgieron test que ayudan a los expertos a clarificar los intereses profesionales de los orientados. De igual forma, las empresas utilizan estas teorías en sus procesos de selección. Realizan test de personalidad y buscan entre los candidatos los rasgos que mejor se ajustan a su tipología de puestos.
Los diferentes tipos de personalidad según Holland
Según Holland, los seis tipos de personalidad en relación con los ambientes de trabajo, son las siguientes:
- Realista: es una persona con una visión concreta del mundo. Objetiva y muy pragmática. Actúa desde lo empírico, desde lo que conoce y puede manejar. Por tanto, las tareas técnicas relacionadas con maquinaria y herramientas son las que mejor encajan con su perfil.
- Investigador o Intelectual: es analítico y observador. Abstracto y teórico, alejado de la práctica manipulativa y concreta. Curioso e introspectivo suele dedicarse a tareas científicas relacionadas con la física, la química o la biología, entre otras.
- Social: el componente principal de esta persona es su capacidad para las relaciones personales. Es extrovertido, comunicativo y tiene facilidad para el trabajo en equipo. Suele orientarse a trabajos donde la relación personal sea constante como la educación, la medicina o las profesiones de ámbito asistencial.
- Artístico: por encima de todo, es una persona creativa. Emotiva e independiente. Necesita crear. Lo repetitivo o lo excesivamente intelectual le provoca rechazo. Todas las profesiones relacionadas con el ámbito cultural podrían estar en este grupo.
- Emprendedor: es metódico, constante, innovador, proactivo y siempre está enfocado a resultados. Le gusta asumir riesgos y tiene madera de líder. Suele dedicarse al mundo de los negocios, la venta o la banca, entre otros tipos de trabajos.
- Convencional: es una persona que se ajusta a lo que está estipulado de antemano. Cumplidora y exhaustiva, rigurosa y metódica. Controla y gestiona. Este tipo de personas se desenvuelven siempre en tareas relacionadas con la administración de empresas.
Identificar nuestro perfil nos puede ayudar a tomar decisiones en nuestra carrera profesional. Sin embargo, el modelo de Holland también tiene sus detractores. La rigidez del mismo o la dificultad para categorizar la personalidad humana en seis tipos son las críticas más comunes.