¿Sabrías qué hacer si te obligan a ser sometido a una prueba de polígrafo en tu empresa? Quizá te parezca algo sacado de una serie de televisión o de un programa del corazón, pero lo cierto es que muchas empresas han comenzado a utilizar esta tecnología. A continuación, te vamos a dar una pequeña guía para saber cómo enfrentarte a esta situación, si llega el caso.
¿De dónde sale la prueba del polígrafo?
El fundamento que sustenta el invento del polígrafo es que la mentira genera en las personas cambios fisiológicos que se pueden medir. Se trata de una idea ya antigua y hay que retrotraerse al siglo XIX para buscar sus inicios. Pero fue William Moulton Marston (creador del personaje de cómic Wonder Woman) el primero que creó, en 1913, una máquina diseñada para medir esos cambios.
Sin embargo, el modelo usado hoy en día no se patentó hasta 1923, por Leonarde Keeler, basándose en la máquina desarrollada por su maestro, John Augustus Larson, añadiéndole el galvanómetro que mide la conductividad eléctrica de la piel.
Esta patente registra continuamente en un gráfico todas las variables fisiológicas que sus inventores consideraban que experimentaban cambios cuando no está diciendo la verdad.
Durante la prueba, el examinador realiza dos tipos de prueba: las de control (¿Cuál es su nombre? ¿es hoy sábado?) y las relevantes que, como su propio nombre indica, son las que realmente se usan para dilucidar si estás diciendo o no la verdad.
¿Y qué evidencia científica sustenta al polígrafo más de 100 años después de haber sido patentado? Lo cierto es que cada vez menos. Fue considerada fiable durante décadas. Las películas y series policíacas, pero sobre todo por el programa “La máquina de la verdad”, en nuestro país, han contribuido a apuntalar su fama. Pero cada vez más estudios científicos cuestionan su infalibilidad.
Por ejemplo, un artículo de la APA (American Pshchological Association) señala que no hay ninguna prueba fisiológica cuya única explicación sea el engaño. Hay muchas explicaciones alternativas a los datos que registra el polígrafo, entre ellas la ansiedad provocada por la prueba en sí en algunas personas.
Surge además la duda provocada por el hecho de que es posible engañar al polígrafo con un mínimo de entrenamiento.
¿Qué hacer si aceptas pasar la prueba del polígrafo en tu empresa?
Las dudas aportadas por la Ciencia llevaron al gobierno de Estados Unidos (donde fue creado el polígrafo) a restringir legalmente su uso. En 1988 se publicó la Employee Polygraph Protection Act. Esta Ley Federal prohíbe a las empresas su empleo durante los procesos de selección o durante la duración del contrato.
En España, el polígrafo no es admitido por los tribunales como prueba. Pero no existe una ley similar en el ámbito privado, como en Estados Unidos. Si vas a presentarte a un proceso de selección en una empresa y te piden someterte al polígrafo, debes saber que la ley no lo prohíbe. Será decisión tuya exclusivamente aceptarlo.
Lo cierto es que hay varias empresas especializadas en la prueba del polígrafo, y la inmensa mayoría de páginas en Internet que asumen su total fiabilidad pertenecen a estas organizaciones. Su principal ámbito de actuación en este momento es en casos en los que una empresa teme que se haya producido una filtración de seguridad o una sustracción.
Nuevamente, debes saber que no hay nada ilegal en que se plantee la prueba del polígrafo en tu empresa. Lo único que debes saber es que no pueden imponértela y que deben pedir tu consentimiento. Es decir, puedes negarte a ser sometido al polígrafo.
En el caso de que consientas en realizar la prueba, y resulte inculpatoria en tu contra, también debes saber que su uso legal es controvertido. De hecho, en 2017, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, en sentencia de 1 de febrero de 2017, declara que «… debemos tener presente que un instrumento de detección de mentiras carece de homologación científica oficial en nuestro país, como tampoco existe titulación oficial que avale su utilización y la fiabilidad de los resultados».