Acumular experiencia, asumir retos, formarse, analizar las carencias y proyectar deseos y sueños profesionales son los elementos indispensables en una trayectoria profesional. Las empresas por su parte necesitan aprovechar todo el potencial que albergan en sus equipos y establecer los mecanismos de rotación para cubrir los puestos que van quedando vacantes.
¿En qué consiste el plan de carrera y la trayectoria profesional?
Un plan de carrera es un camino. Un camino que se dibuja antes de comenzarlo para intentar predecir qué se conseguirá una vez se llegue a la meta. La planificación de la carrera la hace la empresa con el objetivo de elaborar una ruta que el empleado debe seguir. En este itinerario, el trabajador deberá realizar diversas acciones de formación y adquisición de conocimientos. Así, una vez finalizado el proceso, la empresa se asegura de contar con trabajadores que poseen nuevos conocimientos y pueden realizar funciones y ocupar puestos que antes se encontraban vacantes.
Sin embargo, la compañía no es la única que ha de decidir la ruta: tú también puedes marcar tu propio sendero señalando una meta laboral. Por ello, un plan de carrera debe hacerse siempre mirando al futuro, teniendo en cuenta tus aspiraciones o las de la empresa.
Por su parte, la trayectoria profesional no está marcada y encarrilada desde su comienzo. Este camino sólo podrás conocerlo una vez lo hayas recorrido. Echando la vista atrás puedes divisar lo que has realizado y así evaluar tu éxito. Recuerda que si en un momento concreto de tu trayectoria profesional consideras que debes variarla para obtener un mayor grado de autorrealización, siempre puedes cambiar de empleo o de sector. Para conseguirlo, necesitarás formarte en este nuevo ámbito o reciclar conocimientos. Una visión crítica de la trayectoria profesional puede llevarte al establecimiento de un plan de carrera con nuevos objetivos marcados por ti mismo.
Una gestión eficaz del talento hará que confluya de manera armoniosa la necesidad de las empresas con la voluntad de los empleados implantando planes de carrera. Así lo explica Alejandro Durán Asencio, director de Proyectos ConTalento Recursos Humanos: «En un entorno como el actual, de alta competitividad y trabajadores millenials que buscan algo más allá de un salario a final de mes, contar con un plan de carrera que satisfaga las necesidades de empresas y empleados se convierte en una prioridad«. Valora además los beneficios que se obtienen de su implantación: «Desarrollar un plan de carrera de calidad y orientado a las necesidades de ambas partes conseguirá una mayor fidelización y motivación de los empleados, repercutiendo muy positivamente en los resultados de la empresa. Por tanto, y ahora más que nunca se hace necesario una estrecha vinculación entre necesidades y posibilidades de trabajadores y empresas para conseguir que estas acciones consigan los resultados esperados».
Crear la oportunidad desde las empresas
La rotación de puestos en las empresas obedece a la propia dinámica vital y es fundamental tenerlos previstos. El crecimiento, buscar nuevos públicos, la internacionalización, las jubilaciones… unos vienen, otros se van y lo ideal es que muchos de los que permanecen ocupen los puestos que quedan vacantes. Crear oportunidades de promoción estableciendo planes de carrera favorecerá el flujo de talento interno.
Puede enfocarse desde una perspectiva individual donde se elija a una persona que se considera idónea para ocupar un puesto clave y se le prepare para asumirlo en un futuro. O puede formar parte de un plan estructural de promoción donde sea conocido por todos la manera de ascender con las opciones, itinerarios y objetivos claramente definidos. La elección de un método u otro dependerá mucho del tipo de cultura que tenga la empresa.
Trazar la trayectoria profesional
En una empresa donde hay establecido un plan de carrera abierto a todos los empleados la responsabilidad sobre el progreso de la propia carrera es mayor.
Conseguir o no un ascenso dependerá de un sistema más objetivo, y por lo tanto más justo, que no dependa de factores extra profesionales. Obedecerá al fruto del esfuerzo que se haga en mejorar a nivel formativo, adquirir habilidades necesarias para el puesto o desarrollar facultades latentes de la personalidad que no se han puesto en juego profesionalmente.
Si se piensa que es momento de cambiar porque se ha instalado una sensación de acomodo en el puesto y empieza a pesar porque hace tiempo que no se aprende nada nuevo es un buen momento para trazar un plan de carrera personal. El objetivo puede estar en avanzar hacia mayores responsabilidades dentro a empresa pero también en probar suerte en otros departamentos o incluso en otras empresas del sector. Un plan de carrera ha de pasar necesariamente por estas fases para no dejar a la suerte lo que está de nuestra mano:
- Autoanálisis. Para saber a dónde se quiere llegar es necesario saber de dónde se parte. Cuáles son las propias fortalezas y qué características de la personalidad pueden ayudar a conseguir el próximo reto. Qué necesidades formativas se plantean. Cotejar el resultado de este análisis con los requisitos del puesto al que se opta. Valorar si se está en un buen momento y las circunstancias permitirán dar su tiempo a las acciones que se emprenderán. Y hacer el mismo análisis con el momento por el que pasa la empresa. Saber ver si está pasando el tren y hay que subirse o por el contrario sopesar si la compañía no atraviesa el mejor momento o no se dan las condiciones.
- Planificación. Tras el análisis se puede diseñar el plan atendiendo al punto de partida, el de llegada y cómo se recorrerá el camino. Planteamiento de objetivos concretos, calendarización o al menos establecer un corto, medio y largo plazo en los que se quiere pasar por las diferentes fases. Analizar cómo se abordarán las necesidades de mejora desde la formación y establecer una hoja de ruta.
- Acción. Poner en marcha las acciones seleccionadas e incluir y reajustar el plan a los imprevistos que vayan surgiendo. Es importante también permanecer activo durante el proceso y no esperar a reunir el cien por cien de los requisitos para promocionar. Probar y sondear las posibilidades en otras empresas o poner en circulación el perfil profesional en redes sociales para ampliar las oportunidades de crecimiento.