La formación en los trabajadores autónomos constituye uno de las principales dificultades que tiene que salvar este colectivo. Las necesidades de modernización y digitalización de aquellos que trabajan por cuenta propia, unos 3,2 millones de personas, son urgentes para enfrentar tanto el presente como de cara al futuro. Organizaciones que representan a los trabajadores autónomos y las empresas de la economía social, sindicatos y patronal junto con el Ministerio de Trabajo y organismos como el SEPE y Fundae han trabajado de forma conjunta para la presentación del Plan de Impulso de la Formación Profesional del Trabajo Autónomo y la Economía Social.
Una formación orientada al trabajo autónomo más accesible
Estas organizaciones serán las encargadas de elaborar los planes de formación, ya que son quienes mejor conocen las necesidades de las iniciativas que se establecen por su cuenta.
El plan está dirigido, también, a mejorar las competencias de quienes defienden las organizaciones que pertenecen a la economía social. Este sector lo integran cooperativas, empresas de trabajo asociado, sociedades laborales, organizaciones no lucrativas, asociaciones caritativas, empresas de inserción, mutuas y microemprendimientos.
Durante la presentación de este plan, del que todavía se conocen pocos detalles, la Ministra de Trabajo resaltó que se trata de un plan innovador tanto en su dotación como por su alcance. Se dedicarán 3,4 millones de euros, y las líneas sobre las que se vertebrara tendrán que ver con tres ejes: asesoramiento y orientación para los proyectos de emprendimiento, difusión del propio plan, y, especialmente, la identificación de las necesidades formativas que necesitan las personas que trabajan en esta modalidad.
Colaboración entre agentes sociales, asociaciones e instituciones
El trabajo coordinado entre las principales asociaciones del trabajo autónomo: ATA, UATAE y UPTA, la economía social CEPES (Confederación Empresarial Española de la Economía Social) y sindicatos (CCOO y UGT) y patronal (CEOE), ha supuesto un gran apoyo para esta novedosa estrategia de formación. Pero, además, establecerán líneas de trabajo junto al SEPE, Fundae y las direcciones generales de trabajadores autónomos y de la economía social dentro del Ministerio.
Gracias a esta colaboración a tantos niveles, se será capaz de identificar eficazmente qué necesidades en la adquisición de competencias existen entre autónomos y trabajadores de la economía social. La brecha digital es uno de los retos que comparten, escollos que deben salvar las pequeñas y microempresas del país.
El acceso a la formación pública para autónomos no siempre ha estado ahí
Una de las quejas recurrentes de las organizaciones que representan al trabajo autónomo es que la formación que ofrece la Fundae, el organismo que gestiona los fondos destinados a la formación de personas empleadas, no se ajusta a las necesidades formativas específicas de estos trabajadores por estar dirigida, principalmente, a los trabajadores asalariados. Por otro lado, ven también que estos cursos que se ofrecen no tienen en cuenta los horarios de los autónomos, que suelen exceder la jornada completa y , en muchos casos, se realiza en dos mitades durante el día, como por ejemplo, ocurre en gran parte del comercio.
Desde el año 2018 los trabajadores autónomos tienen derecho a la formación pública y la obligación de cotizar por ella, tras la aprobación de la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo. Por primera vez, se materializa una estrategia que pretende potenciar el talento emprendedor, algo que celebraron todos los agentes implicados durante la presentación.
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