El trabajo es fuente de malestar en numerosas ocasiones. Tu salario no te permite afrontar tus gastos, tienes un exceso de carga de trabajo, no consigues entenderte con quien coordina tu trabajo, nadie reconoce tus esfuerzos… La pirámide de Maslow puede ayudarte a recomponer tu situación y orientarte cuando buscas empleo o a planificar tus objetivos profesionales.
En los años setenta del pasado siglo, Maslow, psicólogo humanista dedicado al estudio de la motivación humana, elabora un modelo que ayuda a entender muchas situaciones. Lo que está en la base de este método es comprender cómo funciona la motivación humana.
Se parte de una premisa: si tienes tus necesidades básicas cubiertas, entonces puedes empezar a preocuparte por cuestiones más sofisticadas. De poco le sirve a una persona que le digan «busca tu objetivo profesional entre las actividades que más te guste realizar» cuando, por ejemplo, está pendiente de poder pagar las mensualidades que debe de alquiler. Su objetivo profesional está claro: tratará de encontrar cualquier trabajo que le aporte una ganancia apremiante que le permita cubrir una necesidad básica, la de vivienda.
En qué consiste la pirámide de Maslow
En líneas generales, la pirámide de Maslow habla de las siguientes necesidades, empezando por las más necesarias, que constituyen la base:
- 1. Básicas. Son las necesarias para mantenerte con vida (comida, descanso, respiración, salud, sexo…).
- 2. De seguridad y protección. No encontrarte en peligro, mantenerte económicamente estable, que la ley te proteja…
- 3. Sociales o de afiliación. Tener amistades, relaciones afectivas e íntimas.
- 4. De estima o reconocimiento. Sentir confianza en ti mismo, que los demás te respeten, conseguir éxito…
- 5. Autorrealización. Desarrollar tu potencial, experimentar un crecimiento personal, restar importancia a la opinión de los demás, abandonar prejuicios…
Necesidades fisiológicas y de seguridad
El ejemplo que hemos puesto más arriba sobre la persona que debía mensualidades de alquiler representa los dos niveles más básicos de la pirámide: el fisiológico y el de seguridad. Una gran cantidad de población busca empleo para cubrir estas dos áreas de necesidades. Quizá no están en el mejor ambiente y no obtienen un gran reconocimiento por su labor, e incluso es muy posible que no les guste realizar lo que hacen. Sin embargo, si dejan ese trabajo o tratan de encontrar otro, la base de la pirámide se tambalea y su estabilidad emocional, e incluso física, se van al traste.
Si te encuentras en este momento de tu trayectoria, te tranquilizará saber que puede ser transitorio. Mantenerte en un puesto de este tipo por un tiempo puede darte la estabilidad necesaria para, por ejemplo, ir formándote o adquirir las habilidades requeridas para acceder al tipo de trabajo al que aspiras.
Conseguir afiliación y reconocimiento
Estas dos áreas de la pirámide se pueden relacionar en el mundo laboral con el clima laboral y con el reconocimiento profesional de la labor que llevas a cabo. Se trata de necesidades primordiales que también son importantes pero, si faltan, no desestabilizan tanto. Por lo general, te resultarán importantes cuando tu trabajo cubra las necesidades básicas. Puede que entre tus objetivos no se encuentre el de ganar más dinero sino el de localizar un trabajo donde estas necesidades primordiales estén también cubiertas. La empresa que consiga cumplir con esta promesa será la que te haga cambiar de puesto y se lleve tu talento.
En ocasiones se puede dar la situación de tener cubierta las necesidades primordiales antes que las básicas. Este puede ser el caso de un profesor que trabaja en un proyecto educativo con un equipo de docentes y dirección muy afines. Su labor tiene un gran reconocimiento por parte de padres, alumnado y sus compañeros. Sin embargo, el proyecto no está suficientemente financiado y, al final de mes, al profesor le resulte imposible afrontar los gastos de su casa. Si esta situación no mejora, es muy posible que el docente tenga que abandonar el proyecto y quizá buscar algo que no tenga nada que ver pero que le permita conseguir una estabilidad en sus necesidades básicas.
Alcanzar la cúspide de la pirámide
La autorrealización supone la cúspide de la pirámide y solo se puede aspirar a ella cuando todo lo demás está solucionado, según Maslow. Aplicado al trabajo, hay que tener en cuenta una consideración importante. Una persona puede autorrealizarse fuera del trabajo, a través de sus aficiones, de su familia o de sus relaciones sociales, por ejemplo. Pero si aplicamos la pirámide de Maslow a la búsqueda de objetivos profesionales, en esta fase tocaría encontrar un empleo que te guste desempeñar, una vocación.
Como el apartado anterior, no es extraño encontrar a personas que se dedican a su vocación pero no tienen las necesidades primordiales e incluso básicas cubiertas. Si es tu caso, para que no se desestabilice la pirámide, entre tus objetivos laborales debería estar el de consolidar los cimientos de la pirámide antes de forzar demasiado la autorrealización a través del trabajo.