Convertirse en influencer de un tema muy general como cocina, moda, videojuegos o coches exige un alto nivel de competitividad. Todas las personas influyen en el comportamiento del resto, en la medida en que publican sus hábitos de consumo y preferencias. Sin embargo, convertirse en influencer dentro de un ámbito de trabajo más específico es mucho más accesible si eres constante y sigues estos consejos.

Tips para convertirte en un influencer

En la medida en que usas alguna de las redes sociales, influyes en los gustos y preferencias de los demás. Si además eres un “pro” en alguna materia, como las relacionadas con tu sector o la profesión a la que te dedicas, puedes llegar a ser un influencer para tu nicho. Sigue estos consejos para convertir esta práctica en un posible trabajo:

  • Elige tu target: lo primero es saber de qué vas a hablar y para quién. No tiene sentido que publiques sobre cocina, si ni te gusta ni se te da bien. Ser constante es clave, y será difícil si no sientes pasión por el tema y conectas con el público al que te diriges.
  • Una red social cuidada y trabajada es mejor que varias a medio gas. Si, por ejemplo, te sientes más cómodo con Instagram, no merece la pena que dediques tiempo y esfuerzo con otras. Puedes seleccionar dos o tres como mucho, y distinguir entre lo que publicas en cada una.
  • proactivo con el contenido: alimenta al “tamagochi” para que siempre tengas novedades que ofrecer. En la actualidad, ten en cuenta que el 70% del consumo se lo lleva el vídeo, y que el 80% de las preguntas buscadas comienza con “¿Cómo hacer…?”.
  • Sigue y anima a seguirte: es clave tener contactos que te sigan y compartan tu contenido. Dales “amor” compartiendo también sus publicaciones y etiquetando cuando proceda. Ya sabes que “los amigos de mis amigas son tus amigos”. Explora a tus seguidores y rastrea los perfiles de tu nicho para poder fortaleceros mutuamente.

Profesional que se ha convertido en influencer en su sector

Ventajas e inconvenientes de ser un influencer

La primera ventaja y más evidente es que no necesitas una inversión inicial para arrancar, es decir, solo tienes que encender la cámara o el portátil y empezar a publicar. La cara B es que una vez que empieces no puedes dejar de subir contenido o todo el esfuerzo no habrá servido. De la misma manera, es necesario que tengas seguidores reales, que compartan tus publicaciones y que reaccionen. Pero a su vez, corres el riesgo de que las críticas sean negativas, con lo que descenderán rápidamente tus posibilidades de profesionalizar la actividad.

Dedicarte al social media es una actividad laboral directamente relacionada con el marketing, por tanto, exige mucho tiempo y control de los indicadores. Medir las respuestas de tus posts y planificar la línea editorial es parte del plan para “dominar el mundo” como influencer. La desventaja es que si quieres rentabilizar el esfuerzo tendrás que dedicarte exclusivamente a este trabajo hasta lograr el ROI (Retorno sobre los Invertido) deseado.