La figura del orientador en colegios e institutos está ya muy extendida. Se trata de un profesional que da apoyo tanto a la comunidad educativa como al alumnado y las familias. Muchos centros cuentan con esta figura educativa. En la guía de los mejores colegios 2018 -2019 puedes ver más detalles sobre este perfil. A continuación te resumimos cuáles son sus funciones y de cómo puede orientar a los estudiantes para que encuentren su camino profesional.
¿Quién es el orientador educativo?
Para ser orientador educativo es necesario haberse titulado en Psicología y Pedagogía. Se trata de una especialidad de secundaria, pero también está presente en infantil y primaria dentro del equipo de orientación educativa y psicopedagógica del centro. Estas son, entre otras, sus funciones:
- Informar a la comunidad educativa sobre las necesidades especiales del alumnado y elaborar informes psicopedagógicos de cada caso.
- Ofrecer herramientas tanto al profesorado como al centro para llevar a cabo el plan de atención a la diversidad y la adaptación curricular.
- Asesorar al alumnado así como a las familias para mejorar la calidad educativa y la relaciones interpersonales.
- Colaborar con las familias en la detección y apoyo ante necesidades educativas especiales.
- Asegurar la continuidad educativa y tratar de reducir el abandono escolar.
- Proponer, junto con los tutores, un programa de orientación laboral que aconseje sobre las posibilidades académicas y opciones sobre el futuro profesional.
¿Cuál es el objetivo de la orientación educativa?
El principal cometido de la orientación académica es integrar todas las partes, profesorado, alumnado, familias y centro, para mejorar la actividad formativa. Sirve como enlace entre las necesidades educativas y los medios disponibles. Los profesionales que se dedican a esta labor actúan también como mediadores entre el ámbito educativo y el contexto socioeconómico.
¿Qué puede ofrecer como orientador laboral?
Tal como se ha señalado más arriba, una de las funciones de los orientadores educativos es ofrecer también asesoramiento laboral. Este procedimiento suele situarse en dos etapas.
- Por un lado, cuando se acaba la ESO o los programas de garantía social. Los orientadores se basarán en el plan de orientación académica y profesional del centro. Proporcionarán un itinerario formativo que oriente hacia los perfiles laborales más aconsejados en cada caso.
- Por otro lado, cuando se acaba el bachillerato. Este es un momento donde la orientación hacia el mundo profesional puede resultar de mucha ayuda. Sus consejos pueden servir para tomar una decisión acertada sobre estudios superiores que conformarán la carrera laboral del alumno o alumna, o bien sobre formación especializada que permitirá su inserción en el mundo profesional más a corto plazo.
Además, en este tipo de orientación se proporciona información acerca de centros donde se puede estudiar e incluso se organizan visitas a escuelas y universidades. También suelen proponer visitas a ferias de empleo y a empresas.
Por otro lado, los orientadores asesoran sobre aspectos relacionados con la selección y recursos humanos. Cómo preparar un CV, una entrevista o incluso la manera de iniciar una marca personal. Asimismo, ayudan a fijar un objetivo laboral y dónde se pueden encontrar ofertas, es decir, cómo llevar a cabo una búsqueda de empleo efectiva.