Es algo recurrente en las pelis de ciencia ficción: el sistema de seguridad de una puerta se abre o permanece cerrada dependiendo de a quién tenga enfrente. Digamos que la puerta reconoce si alguien tiene autorizado el paso y, en función de eso, le deja pasar.
Pues bien, esto es algo que ya está ocurriendo en algunas compañías en Estados Unidos y en el Reino Unido gracias a la biotecnología. Una empresa británica ha desarrollado un microchip que se inserta en algún lugar del espacio que queda entre los dedos índice y pulgar de la mano y que serviría para acceder de manera cómoda y segura a determinadas estancias de un edificio, o también, por ejemplo, haría posible arrancar un vehículo de forma sencilla. Simplemente, haciendo un movimiento de mano por delante del lector las puertas se abrirían en caso de estar autorizado.
Es innegable que esto sería muy práctico para determinados usos, por ejemplo en personas que tienen movilidad reducida, ya que facilitaría el acceso a través de las puertas de una forma más sencilla pero la alerta sobre su uso generalizado no se ha hecho esperar.
Una mayor seguridad, ¿pone en riesgo la privacidad?
Alarmadas por el interés que ya han mostrado algunas compañías en el Reino Unido por este artefacto para mejorar la seguridad en sus dependencias varias organizaciones sindicales británicas han advertido que el uso de estos microchips insertados en el cuerpo lleva implícito un grado de control que puede atentar contra el derecho a la privacidad de los empleados. También puede llegar a ser fuente de discriminación durante un proceso de selección si alguien no quiere implantarse este chip, alegan otros.
Hace un tiempo os contábamos que una empresa en estados Unidos ha sido la primera en el mundo en implantar microchips a sus empleados de manera voluntaria. Por el momento, parece que estos microchips solo están diseñados para acumular una pequeña cantidad de información y que funcionaría de forma similar al sistema contactless de las tarjetas de crédito o débito. La empresa que los ha diseñado, Three Square Market (32M), aclara que estos dispositivos no tienen la capacidad de trackear, es decir, hacer seguimiento de los movimientos de la persona. Contienen la misma información que una tarjeta de acceso.
Biohacking para mejorar habilidades
El biohacking es como se denomina esta simbiosis entre la tecnología y un organismo vivo es algo que empieza a formar parte del día a día de los más curiosos. Se trata de mejorar las capacidades del cuerpo humano a través de la implantación en el interior del organismo de microherramientas tecnológicas que permiten algo tan impresionante como ver en la oscuridad mediante la inyección de un compuesto químico en el globo ocular.
Muchas de estas capacidades ya nos las proporciona, todavía fuera del cuerpo, hoy en día los smartphones que muchos llevamos casi siempre en la mano. O los weareables, que monitorean nuestras constantes vitales y niveles químicos del organismo. Si nuestra capacidad de almacenamiento digamos, natural, es tan limitada, algunos se plantean: ¿qué ocurriría si lleváramos inserto en nuestro cuerpo la memoria de un disco duro?
Las hermanas Wachowski ya hablaron de la adquisición instantánea de conocimientos y habilidades en la película Matrix. Quizás la fórmula para aprender inglés nivel bilingüe sea solo cosa de un pequeño pinchazo en un futuro no muy lejano.
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