En los últimos tiempos, el ámbito educativo ha sufrido una gran transformación. Uno de los principales impulsores ha sido la introducción de las nuevas tecnologías en el aula. Por otro lado, los sistemas educativos han puesto la mira en el mundo laboral para preparar a los estudiantes que serán los trabajadores del futuro. Veamos de qué manera los dos ámbitos, el educativo y el laboral, están contaminados por metodologías y sistemáticas similares.

Flipped classrom o aula invertida

Esta metodología se basa en una idea: los alumnos ven los contenidos antes de que los profesores den la clase. El docente se enfrenta a una clase ya informada y solo se dedica a consolidar conocimientos, resolver dudas y ver la forma de aplicar lo aprendido al mundo real. Es decir, el tiempo de las clase se optimiza al máximo. El material al que accede con antelación el alumnado ha sido preparado exhaustivamente por el docente.

Cuando los estudiantes se sumerjan en el mundo laboral, esta forma de proceder asegurará la independencia de quien haya estudiado con este método. Están acostumbrados a orientarse con la documentación que se precisa entender para trabajar. Se empapan de ella y luego preguntan solo lo que no saben cómo llevar a la práctica. Los periodos de aprendizaje y adaptación son mucho más cortos y productivos.

Aprendizaje cooperativo

Es lo que se conoce tradicionalmente como trabajo en grupo. Como novedad se incluyen las nuevas tecnologías en el aula, que facilitan la puesta en común de saberes y prácticas. La propia tecnología ha transformado el concepto de trabajo en grupo gracias a las posibilidades que ofrece.

En el mundo laboral, una de las habilidades más valoradas es el trabajo en equipo. Los proyectos más complejos requieren que las personas estén conectadas y que trabajen codo con codo. Las nuevas tecnologías también han revolucionado el ámbito profesional en este sentido. Un estudiante que haya aprendido esta filosofía del trabajo en la escuela está mucho más preparado para sacarle mayor partido a todo el proceso productivo.

Escuela y empleo

Design thinking

El design thinking hace referencia a la forma de resolver problemas de una manera creativa. Se trata de una metodología que nace en el mundo laboral y que trasciende a otros ámbitos, como el educativo. Por este motivo, si el alumnado está preparado para el desing thinking, podrá llevarlo perfectamente a la práctica cuando desarrolle su carrera.

Esta metodología se basa en cinco pasos: descubrir, interpretar, idear, experimentar y evolucionar. Primero se atiende y se observa, después se hace una interpretación de ello, se idea un escenario con una o varias soluciones posibles y se pasa a experimentarlas. Los resultados se mejoran con la puesta en práctica y se lleva a cabo la propuesta más idónea.

Aprendizaje basado en proyectos

Aprender con este método significa sumergirse en una experiencia práctica donde el conocimiento se va adquiriendo de una manera similar a como aprendemos desde que nacemos: viviéndolo. El papel del docente en esta metodología es el de guía o conductor. También se encarga de preparar minuciosamente la experiencia para que sea lo más instructiva posible.

La independencia que se gana con este método va a ser fundamental cuando toque resolver problemas en el mundo laboral. Por otro lado, con el aprendizaje basado en proyectos se desarrolla mucho también el trabajo en equipos, esa habilidad que puede valer más que el expediente académico.

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