Hay profesiones que son muy vocacionales y a las que es difícil acceder por su nivel de preparación o de competitividad. Terminar trabajando en ellas no es una cuestión de casualidad. Una vez se consigue, se comprueba con decepción que no todo son alegrías, algunas vienen acompañadas de un demonio laboral que puede hacer que se pierda toda ilusión: el estrés. ¿Cómo poder hacer frente a las tensiones y el agotamiento que generan?
Tu profesión ¿es de las que estresan?
Ya sea porque te has empeñado en trabajar en determinada profesión como porque la profesión te haya terminado eligiendo a ti, tu actividad laboral puede estar entre las más estresantes.
Un estudio estadounidense ha elaborado un ranking de las profesiones que generan más estrés. Llama la atención que prácticamente todas las más estresantes son ocupaciones a las que no se accede fácilmente:
- Las 10 profesiones más estresantes: piloto de avión, alto ejecutivo de empresa, policía, ejecutivo de relaciones públicas, organizador de eventos, bombero, periodista, locutor, militar y taxista.
- Las 10 profesiones más relajadas: analista de seguridad informática, audiólogo, profesor titular de universidad, ecografista, dietista, bibliotecario, técnico médico de laboratorio, joyero, técnico de historias clínicas y estilista.
Para poder llegar a esta conclusión, el estudio tuvo en cuenta una serie de factores, tales como la presión en los plazos de entrega, la competitividad del puesto, la necesidad de viajar, la exigencia física, la interacción con el público o los riesgos asociados a la propia vida y las amenazas del entorno.
La diferencia entre trabajar tranquilo y trabajar atacado
Si tu profesión no está entre las que hemos mencionado, lo que puedes empezar a observar para analizar los riesgos de estrés son las causas que lo provocan. Hemos lanzado una encuesta en el Twitter de @Infoempleo que puede servirte de referencia. Parece que el ritmo o volumen de trabajo y el miedo a perder el empleo se encuentran entre las principales razones para estresarse:
Estos consejos te ayudarán a afrontar el agotamiento y liberar la tensión diaria:
- Trata de mantener una vida ordenada. Una alimentación sana, un ritmo de sueño establecido con precisión y llevar al día las tareas cotidianas son tres factores fundamentales para aportar la estabilidad que te hará fuerte ante las dificultades de tu puesto. Si una de estas tres áreas se desequilibra (o las tres), se sumará un gran peso al estrés laboral.
- Haz una reflexión profunda. Trata de concretar la principal causa de estrés y, a partir de ahí, observa qué tareas están asociadas a esta causa, ¿puedes transformar o derivar alguna? Si crees que es posible, propónselo a tus superiores. Decir que estás estresado, así, en general, es demasiado abstracto; sin embargo, si señalas un problema en concreto y aportas incluso la solución, hay muchas más posibilidades de que te comprendan y estén dispuestos a resolverlo.
- Vuelve a reflexionar. El estrés genera problemas de salud física y mental, como enfermedades coronarias, de la piel, trastornos digestivos o ansiedad. Quizá hayas trabajado mucho para conseguir ese puesto, pero conviene que te plantees si te merece la pena continuar y acabar con tu salud o bien si puedes buscar una vía alternativa que mejore tu situación.
1 Comentarios
Aitor
Desconozco las fuentes de este artículo, Ester, pero yo he trabajado en dos de los trabajos de esas listas y estoy muy en desacuerdo. Me refiero a bombero y a profesor titular de universidad. Bombero no es una de las más estresantes. La actividad física y el riesgo inherentes a este trabajo son aspectos donde destaca la motivación y la vocación más que estrés. En cambio en profesor titular de universidad... lo de una vida relajada... ha pasado a la historia. Ahora la carrera profesional para llegar a ser profesor titular es uno de los trabajos más estresantes y tóxicos que existen, sin pasar ya a hablar de condiciones económicas.