El empleo estacional es una buena opción para combinar con los ingresos del resto del año. Es también una buena ocasión para estudiantes que consiguen sus primeros salarios y para sacar ingresos extra o para rentabilizar un hobby. Estos empleos duran lo que dura la estación pero pueden ser el germen de una profesión.

Estaciones de esquí. La temporada de esquí es una buena ocasión para encontrar un trabajo. Da lugar a diferentes tipos de empleo. Desde monitores de esquí, hasta pisteros, personal de mantenimiento y conductor de pisanieves. Todos requieren de formación específica tanto relacionada con los primeros auxilios como con el medio y la climatología en el que se trabaja.

Ocio y tiempo libre. Cuando llega la primavera las opciones de salir al campo se multiplican. También las ofertas de servicios relacionados con el disfrute de la naturaleza. Si tu formación está relacionada el medio rural puedes buscar un empleo de guía de naturaleza: rutas senderistas por hayedos, avistamientos de pájaros…; son ocupaciones que podrás tener de primavera a otoño. En la ciudad también podemos sacarle rentabilidad a nuestras aficiones. Si eres una loca de la bici urbana y tienes la wikipedia en la cabeza piensa en la posibilidad de hacer de guía cicloturista y visitar monumentos sin plantar los pies en el suelo. ¿Has pensado que puedes rentabilizar unos patines? Los parques y avenidas están plagados últimamente de personas aprendiendo a rodar.

Arte y cultura. Muchos ayuntamientos recurren a propuestas alternativas para visitar la ciudad. Se organizan rutas teatralizadas donde personajes históricos, encarnados por actores y actrices, cuentan curiosidades locales mientras se recorren sus calles. Si tienes formación teatral estas actividades pueden suponer un ingreso de temporada. Otro empleo relacionado con la cultura que puede aportar un extra a nuestra economía está en los museos. En verano las pinacotecas se llenan de turistas. Tu formación artística y defenderte en algún idioma pueden hacer de ti una eventual guía de museo y lucir así tus conocimientos.

Ocio educativo. Las vacaciones en los colegios generan multitud de ofertas de empleo relacionadas con los niños y jóvenes. Campamentos de verano tanto en el campo o la montaña como en el entorno urbano. Es necesaria la formación pedagógica en algún nivel, monitor de campamento, al menos, y en algunos casos además el carné de manipulador de alimentos. Si los acompañas de destrezas acrobáticas y habilidades manuales serás un monitor muy completo.

Turismo. Es el sector por antonomasia del trabajo temporal. Hoteles, chiringuitos, parques temáticos, piscinas, playas y campings son una fuente de ofertas de empleo de duración determinada: el verano. Necesitarás hablar inglés como mínimo y tener ciertas dotes comunicativas. Tendrás la oportunidad de vivir en otros lugares y disfrutar de sol y playa en tus ratos libres.

Trabajo en el campo. Muchas personas aprovechan la temporalidad de esta actividad para combinar sus trabajos anuales con la recolección de determinados productos. Irse a la vendimia es un clásico de septiembre en el campo español. Se consiguen unos ingresos extra (y un buen dolor de riñones, todo sea dicho de paso) y muchas veces se echa una mano en la economía familiar. También se llena de temporeros la recogida de la aceituna y de la fresa. Esta labor nos puede llevar incluso al país vecino. Trabajaremos intensamente unas semanas y vendremos con un dinero que nos ayudará a mantenernos un tiempo.

Un trabajo temporal nos puede dar la oportunidad de explorar las posibilidades de un sector. Nos permitirá desarrollar nuevas competencias que enriquecerán muestro currículum y contaremos con un perfil laboral versátil que hará más atractivo nuestro perfil. Puede ser fuente de recomendaciones y descubrirnos una vocación.