Lo prometido es deuda. Aquí va la segunda parte del post recopilatorio con las películas que mejor reflejan a través de los procesos de formación y aprendizaje de sus protagonistas el valor de la educación. Como ya contábamos en la primera parte de este post, el cine nunca ha sido ajeno a la importancia que tiene la formación y la educación en el desarrollo de las personas y por eso abundan las películas sobre profesores entregados a su causa, sobre alumnos rebeldes sobre todas las cosas, sobre personas que descubren que pueden hacer cosas extraordinarias con su vida…
Rebelión en las Aulas (1967) es sin duda es una de las películas míticas, imprescindibles en este listado. Entre las orlas de los Profesores (con mayúsculas) de la historia del cine hay que destacar sobre todo los demás a Mark Thackeray (Sidney Poitier), el profesor de color que se enfrenta en los años 60 a los insolentes estudiantes del instituto East End de Londres. Gracias a su optimismo, a su manera de educar, a los valores que les inculca, a su forma de ganarse su confianza y a la forma de tratarlos conseguirá que no sean el día de mañana carne de calabozo o futuros delincuentes.
Mentes Peligrosas (1995) hereda directamente el testigo de Rebelión en las Aulas y cuenta una historia similar con idéntico trasfondo e idénticas conclusiones. La protagonista de la película en este caso es LouAnne (Michelle Pfeiffer), antigua marine, divorciada y profesora de literatura. Sus alumnos no son mejores que los del Instituto East End: chicos de baja extracción social, insolentes, indisciplinados y completamente desmotivados. Para captar su atención su profesora tendrá que recurrir a clases de kárate y a la poesía que encierran las canciones de Bob Dylan. Y ser la primera en tratarlos con respeto y creer en ellos. Porque, como bien les hace ver, la vida está llena de opciones. La fatalidad del destino no existe sino que es resultado de nuestras propias elecciones, las mismas que nos hacen ser mejores o peores personas.
Billy Elliot (2000) tiene a sus 11 años un sueño. Quiere bailar. No quiere acabar como su padre en una mina, si es que queda alguna después de la reconversión industrial del Norte de Inglaterra. Durante la película, asistiremos a su proceso de aprendizaje; seremos testigos de la cerrazón de su padre, de su hermano, de sus amigos, y en general todas aquellas personas que forman parte del mundo que le rodea; participaremos de los sacrificios que exige una disciplina como la danza; y en definitiva descubriremos la satisfacción de luchar por los sueños propios. Una lucha que no podemos acometer solos tal y como reivindica la película ya que Billy Elliot (Jamie Bell) jamás lo conseguiría de no ser por su profesora (Julie Walters). Junto al drama personal y al drama social propios del argumento de esta cinta inglesa, la película reflexiona además sobre los problemas de acceso a la cultura de la clase obrera.
Los Chicos del Coro (2004) es una película francesa reconfortante que calca patrones de otros films. Sustituyan la poesía de El Club de los Poetas Muertos, el arte en La Sonrisa de Mona Lisa o la danza en Billy Elliot por la música en Los Chicos del Coro y la historia de fondo será la misma. Un grupo de jóvenes más o menos problemáticos, gracias al empeño de su nuevo profesor por entenderlos y ganarse su confianza, van a encontrar en cualquiera de estas disciplinas la vía de escape para evadirse de la realidad y superar sus miedos al tiempo que reciben una serie de lecciones sobre los verdaderos valores de la vida. En este caso la historia se ambienta en un internado de mediados del siglo XX. Y la propia música juega en esta película además un papel importantísimo: es obra de Bruno Coulais y todos los temas vocales fueron grabados por los Petits Chanteurs de Saint Marc de Lyon.
Henry Bathes (Adrien Brody) es El Profesor (2011). Tiene una particularidad. Y es que huye de entablar relación humana ninguna con nadie de su entorno. Su hermetismo en realidad oculta un don que prefiere ignorar porque le teme: su capacidad de empatizar con cualquier persona. Dos hechos cambiarán su vida (y por tanto la de sus alumnos). La llegada a un nuevo instituto y conocer a una joven prostituta (como no evocar a la florista de My Fair Lady) que asume como una responsabilidad. Como telón de fondo de esta obra que llega a ser absolutamente deprimente para cualquier espectador se haya un tema muy de actualidad: los recortes en educación, un problema futuro que ninguna sociedad podrá nunca asumir. Recuerda que ya destacamos otras cinco películas interesantes en la primera parte de este artículo. ¿Qué te parecen? ¿Las has visto? ¿Te gustaron? ¿Las recomendarías? ¿Nos quieres sugerir alguna otra para próximos posts? ¡Déjanos un comentario!
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