Seguro que muchos ya habéis apuntado con vuestros móviles hacia el cielo para que la pantalla os muestre qué constelaciones y estrellas tenéis sobre vuestras cabezas gracias a una app. Si no lo sabéis, estáis haciendo uso de realidad aumentada (RA). Es una tecnología que permite ver el mundo que nos rodea de una forma enriquecida, apoyándolo de manera artificial con más información de la que se puede extraer con solo mirar.
¿Cómo hacer realidad aumentada?
Para poder disfrutar de estos escenarios artificiales, que no debemos confundir con la realidad virtual donde el usuario se sumerge en un escenario completamente recreado, son necesarios una serie de elementos básicos:
- Una cámara que recoja la imagen que va a servir de escenario básico (la vida real).
- Software de realidad aumentada.
- Un activador de la realidad aumentada, se trata de unas plantillas que llevan impreso un código. Este código se capta a través de la cámara del dispositivo para indicar al software de realidad aumentada la presencia de una “imagen aumentada”. Puede ser un marcador, código QR o la geolocalización, como se utiliza en Pokémon Go.
- Una pantalla que permita ofrecer en el mismo plano la combinación de la imagen natural y la superposición de los elementos virtuales en tiempo real.
Del nivel básico al avanzado de la RA
La realidad aumentada se produce en niveles diferentes. En un nivel cero nos encontramos con los códigos QR. Se trata de hiperenlaces en el mundo físico que, capturados con la cámara de un dispositivo con acceso a Internet, muestran una página.
Al nivel 1 pertenecen marcas o marcadores. Como dijimos antes al hablar de los activadores, se trata de miniescenarios donde se produce la realidad aumentada. Estas se utilizan mucho en los libros de texto que incluyen tal tecnología. Al abrir la lección sobre anatomía se podrá ver un holograma de un cráneo humano, por ejemplo.
El nivel 2 es el superior. En este estadio la realidad aumentada no se produce sobre marcas sino que hace uso de objetos, imágenes o coordenadas de geolocalización. Por ejemplo, durante una visita al Louvre podremos enfocar a la Gioconda y que aparezca información relacionada que enriquecerá la el mero visionado del cuadro. O mientras paseamos por Berlín podremos saber qué edificios y esculturas emblemáticas rodean la Alexanderplatz apuntando con el móvil hacia el edificio que nos interese conocer.
La realidad aumentada ya está presente en muchos ámbitos y la previsión es que se produzca un desarrollo espectacular en los próximos años. La publicidad, la ciencia, la industria de la automoción para mejorar la conducción o el turismo ya utilizan estos contenidos para crear experiencias de realidad mixta.
Educando en una realidad híbrida
En el ámbito educativo, la capacidad de dotar de movimiento y visión 360º a los objetos que tiene la realidad aumentada hace del proceso de aprendizaje una experiencia sensorial mayor y un punto de vista que motiva más a los alumnos.
Las aplicaciones para mejorar el aprendizaje son múltiples. Como, por ejemplo, el despliegue de figuras virtuales en los libros de texto para que los alumnos puedan abordar el estudio de un elemento arquitectónico o anatómico a través del volumen de una pieza y no solo desde el plano en dos dimensiones del papel.
Otro de los beneficios que proporciona la realidad aumentada es permitir el aprendizaje fuera del aula. La adquisición de conocimientos se produce de una forma diferente y atractiva, superponiendo contenidos digitales divertidos como animaciones y vídeos en el entorno. Permite el aprendizaje basado en el descubrimiento y convierte la experiencia de aprender en jugable. Los especialistas destacan la utilidad para la formación profesional, ya que posibilita, por ejemplo, añadir al campo visual una guía virtual mientras se manipula un aparato o herramienta.
¿Ha acabado la realidad aumentada con el listillo de la clase? Puede que la realidad aumentada nos empuje a avanzar en el uso de las posibilidades de nuestro cerebro, liberándolo del trabajo de recuperar información de nuestra mala memoria.
Os dejamos este vídeo en el que vemos cómo puede usarse la realidad aumentada para aprender a leer.