En el panorama siempre cambiante del mercado laboral nuevos términos buscan definir nuevas situaciones. En ocasiones también estas palabras nuevas son usadas para referir viejas realidades. En especial si se toman del inglés. De este modo, la nueva expresión parece que remite también a algo nuevo. Entre ambas posibilidades está el job-hopping. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber sobre este concepto y cuáles son las profesiones entre las que este fenómeno es más común.
Job-hopping: ¿nueva realidad o solo nueva expresión?
La expresión inglesa job-hopping significa literalmente “saltar de trabajo”. Refiere al cambio frecuente de empresa y empleo. En este sentido, indica una realidad muy antigua. El abandono de un puesto de trabajo por otro con mejores condiciones.
Sin embargo, en el nuevo panorama laboral, estos cambios se han vuelto más habituales de lo que eran antes. De hecho, el término refiere al cambio de ocupación al menos una vez al año. Y no siempre motivado por la mejora de las condiciones laborales o por el cierre de la antigua empresa.
Según un estudio realizado por LinkedIn, el nuevo fenómeno afecta especialmente a los llamados millennials. La revista Forbes precisa que la nueva tendencia incluye también a generaciones posteriores. Es decir, la nueva realidad afecta a aquellas personas que no han podido consolidarse laboralmente. Las más perjudicadas por la inestabilidad del mercado laboral y las que peores condiciones laborales tienen, según Gallup.
Los pros y contras de esta tendencia
A pesar de que el job-hopping sea descrito como una tendencia llena de beneficios, lo cierto es que la realidad no es tan uniforme. Una de las cosas que hacen inclinar la balanza hacia un lado u otro es la motivación. Por qué se cambia de puesto de trabajo con tanta frecuencia. No es lo mismo hacerlo por un deseo personal de crecimiento y por iniciativa propia que empujado por las malas condiciones laborales. Ambos casos están incluidos en el job-hopping y para los dos hay ventajas e inconvenientes.
- Ventajas: Favorece la adaptabilidad del trabajador, proporciona más experiencia, facilita conocer las propias fortalezas y debilidades, y amplía la red de contactos. En este sentido, contribuye al desarrollo personal.
- Inconvenientes: La mayor parte de reclutadores consideran esta tendencia como un suicidio profesional que impide progresar en la carrera laboral. Más experiencia no es sinónimo de mejor. Es necesario afianzarla. Y eso solo se consigue con tiempo. Además, el cambio constante de un trabajo a otro les indica un compromiso muy bajo con la empresa, una personalidad inestable, incapacidad para trabajar en equipo y ausencia de autosuperación.
Los perfiles que pueden permitirse un cambio frecuente de trabajo
Según los pros y los contras que hemos visto, no todos los perfiles profesionales pueden permitirse saltar de un empleo a otro al menos una vez al año. Los puestos relacionados con la industria tecnológica, como desarrolladores de software, sí pueden beneficiarse del job-hopping. Trabajar en diferentes empresas creando programas nuevos bajo diferentes perspectivas y finalidades permite adquirir nuevos conocimientos. Permite también conocer estrategias recientes de gestión de proyectos y de tiempo. Pero sobre todo, según Gallup, los perfiles tecnológicos pueden permitirse frecuentes cambios de empresa porque sus puestos están muy demandados y la oferta es aún escasa. Pueden negociar mejores condiciones laborales, arriesgan menos que otros profesionales a caer en el desempleo y las empresas que les contratan se esfuerzan por ofrecerles buenas condiciones.
En general, el resto de perfiles no puede permitirse ser job-hoppers. Son más vulnerables a los inconvenientes de esta tendencia. Y cuando son definidos así en algunos estudios, el término esconde otra realidad. La del cambio de trabajo impulsado por las nefastas condiciones laborales, no por iniciativa propia.