Llevarse mal con el jefe es una de las peores circunstancias que puedes vivir como trabajador. De él depende el feedback de la empresa sobre tu trabajo, las tareas y funciones que te asignen y promocionar (o no) tu carrera en la compañía. Si no quieres que la historia acabe mal, haz lo que esté en tu mano para mejorar la situación. Te damos unas pautas que te servirán de guía antes de optar por buscar otro empleo.

También conviene tener en cuenta el otro lado. La mala relación de un trabajador con su jefe constituye un motivo importante de abandono del puesto. La empresa debe estar alerta cuando se produce una fuga de talento valioso. Puede que uno de los mandos intermedios se esté dejando llevar por sus rencores hacia determinados trabajadores.

Evaluar la relación con tu jefe antes de actuar

Si quieres empezar a cambiar las cosas, no te puedes quedar en el «mi jefe me odia» sin más. Se debe hacer un análisis un poco más profundo. Por ejemplo, ¿te odia o simplemente siente empatía hacia otros compañeros?

Para ayudar a identificar en qué punto están las relaciones con tu superior, puedes hacer un listado tipo «te quiero, no te quiero». Es decir, llena la lista de elementos que indiquen cómo debería ser una buena relación. A cada elemento, asígnale un visto o una cruz, en función de si se cumple o no se cumple.

Las listas son muy prácticas, pero tienes que identificar sobre papel hechos que sean cuantificables, no impresiones. Continúala con lo que crees que no debería hacerte tu jefe. No valdría decir «no me pasa casi tareas», sino «me pasa tantas tareas a la semana o a día». Esta cuantificación te servirá para poder medir cómo evoluciona en el tiempo determinada actitud.

Algunos puntos que conviene que repases son el salario, las retribuciones en especie, los beneficios e incentivos y la asignación de vacaciones, días libres u horas extraordinarias. Todos estos conceptos te permiten hacer una comparación de tu caso con respecto al de tus compañeros. De esta forma, también puedes determinar si contigo toma una actitud distinta a con el resto.

Anota especialmente los abusos de poder, como mentir sobre tu rendimiento, infravalorar tus decisiones en público, aislarte, retirarte el saludo… Estas acciones son las que se tendrán en cuenta si el caso pasa a mayores y decides denunciar un acoso laboral.

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Pasos para actuar en consecuencia

Una vez tengas determinado el grado de empatía que tu superior siente hacia ti, es el momento de empezar a revertir la situación. Según Juan Martínez de Salinas Murillo, gestor personas, coordinador de RRSS @Inaempleo, fundador de @GuideYourTalent, «a los jefes no los podemos elegir, así que toca capacidad de adaptación».

Hemos reunido cuatro acciones que te ayudarán a resolver la situación:

  • Ponte en su lugar. Trabaja la empatía para poder detectar dónde le puede estar afectando negativamente tu actitud. Trata de hacer una evaluación imparcial. Si observas con honestidad que deberías modificar alguna conducta, hazlo. Después, intenta medir si se produce con el tiempo algún cambio en el listado que has definido en el punto anterior.
  • En ningún momento bajes la guardia en tus funciones. No actúes a la defensiva y no reduzcas la calidad de tu trabajo. Podría convertirse en la excusa perfecta para atacarte más. Es preferible que lo que se diga sobre tu mal rendimiento sea una mentira a que sea cierto. Muchas veces esa mentira se evidencia por sí sola; sin embargo, un trabajo mal hecho es indefendible.
  • Conversa y llega a acuerdos. Si en el fondo notas que tu superior es una persona mínimamente receptiva, plantéale la situación una vez la hayas analizado. Quizá esté más dispuesto a reconocer sus errores y trabajar sobre ellos de lo que tú piensas. Elige un tono conciliador y un buen momento.
  • Cuando la situación es extrema. Si ves que resulta imposible la comunicación entre vosotros, antes que abandonar el puesto, trata de plantear toda la situación a vuestros superiores. Si consigues que tomen cartas en el asunto, tu posición se verá reforzada. En este punto, toda la objetividad que hayas aplicado en la fase de análisis te resultará muy útil.

Juan Martínez de Salinas nos aconseja: «No podemos negar que las personas se marchan de las empresas por sus jefes muchas veces. Lo que esta claro es que debes permitir tolerancia cero a las faltas de respeto de tu jefe. Puedes intentar charlar con él para limar asperezas, aunque para que la cosa mejore debéis poner ambos de las cosas. Buena compañera de viaje en estos temas es no llevar la falta de sintonía al terreno personal. No olvides que antes que jefe es persona».