Has logrado que la empresa haya seleccionado tu candidatura para entrevistarte, eso ya es un gran paso. Seguro que has conseguido causar una buena impresión gracias a tu preparación y a los consejos que te hemos dado en otras ocasiones. Parece que la pelota ha quedado en su tejado. Sin embargo, todavía hay algo que puedes hacer: escribir un mail de agradecimiento por la entrevista.
El mail de agradecimiento, una forma amable de reconectar
La primera idea que debes desechar es que tu intento de volver a conectar es molesto. Hacer un seguimiento de tu propia candidatura es casi un acto de protocolo, de buena educación. Es como despedirse cuando sales de una tienda, la gente se lo espera y queda raro si no lo haces. En realidad, quizá no es tan raro, pues muchos candidatos no consideran necesario volver a conectar con los reclutadores. Sin embargo, los reclutadores suelen verlo como un gesto muy positivo. Especialmente si el propósito es agradecer la consideración que han tenido al seleccionarte.
Así pues, cuando decides tomar esta actitud te distingues del resto. Lo ideal es que el mismo día del encuentro o, como mucho, un día más tarde les escribas. Si te entrevistaron varias personas y tienes posibilidad de hacerlo, es un detalle que escribas a cada una de ellas por separado.
Qué puedes decir en este tipo de mail
Hay mucha gente que piensa que todo mail empieza por el saludo inicial. No es así, lo primero que se lee, y es completamente decisivo, es el asunto. Una buena idea es que refleje el agradecimiento. Algo como: “Te agradezco el tiempo que me has dedicado hoy” o “Gracias por tener en cuenta mi candidatura”, o incluso “Disfruté aprendiendo más sobre [nombre de la empresa]”.
Has de evaluar el tono que vas a emplear, si tratarás de tú o de usted y hasta qué punto quieres dar una imagen cercana (suele ser lo recomendable). Después del saludo, reitera las gracias por el tiempo que te han dedicado. Conviene que recuerdes algún detalle que te comentaran sobre la empresa y que mencionaran con especial orgullo. Puedes destacarlo como algo que te llamó la atención.
A continuación, haz énfasis en que tienes interés en el puesto y que, por lo que comentaron los entrevistadores, crees que puedes encajar muy bien en la vacante. Por último, si puedes aportar una muestra de trabajos o detalles de algún proyecto relacionado con algo que se trató en la entrevista, sería ideal. En cualquier caso, ofrécete para recopilar la información que deseen verificar sobre tu trayectoria.
Si no recibes respuesta
Por desgracia, es algo que sucede muchas más veces de las que nos gustaría. Los departamentos de recursos humanos o las empresas intermediarias que realizan la selección de candidaturas han de optimizar tiempos. Y, aunque no contestar a los aspirantes es una pésima práctica para el recruiter branding, muchos optan por eliminar esta fase.
Si ves que ha pasado un tiempo prudencial y no te han contestado, puedes enviar un segundo mail. Por prudencial se entiende a partir de 10 días; quizá una semana si la incorporación era urgente. Lo ideal es que en la entrevista te hayan comentado en cuánto tiempo aproximadamente tomarían una decisión. En caso de que fuera así, puedes recordar en el mail que, habiendo transcurrido ese plazo, vuelves a contactar. La cuestión en todo caso es manifestar que te interesa el curso del proceso.
Con este segundo mail te aseguras de finalizar tu seguimiento y haber agotado las posibilidades de esa oferta. Muchas veces este seguimiento da sus frutos porque no terminaban de decidirse o porque se les han caído otras candidaturas y ahí estabas tú, recogiendo esa oportunidad. Y, realmente, el esfuerzo por tu parte es mínimo, merece la pena.