Si ya antes se había iniciado el camino, a partir de la pandemia, la sociedad se ha alfabetizado digitalmente a una velocidad de vértigo. Hasta los más perezosos han tenido que actualizarse. Sin embargo, en ocasiones se domina mucho un área y se desconocen por completo otras que son también principales en el mundo laboral. Dominar estas cinco habilidades informáticas aportará brillo a tu perfil.
Además, te resultarán muy prácticas en el desempeño de tu labores. Recuerda incluir todos estos conocimientos en tu currículum o perfil online para que los reclutadores conozcan todo lo que puedes aportar.
Habilidades informáticas clásicas: nociones de ofimática
Empezamos por lo de siempre, lo que ya sabes que se necesita si vas a trabajar con un ordenador o un dispositivo, aunque no sea en un puesto de oficina. Desde un programa de procesamiento de textos hasta hojas de cálculo, bases de datos, gestores de correo electrónico, mensajería instantánea, soporte para videollamadas y reuniones online, en incluso herramientas de presentación. Tener un buen nivel de conocimientos de estas funcionalidades ya casi se le presupone a la persona candidata.
Hay suites ofimáticas que recogen varias de estas herramientas. Tienes versiones gratuitas, como Apache OpenOffice o las aplicaciones asociadas a Google Drive, o bien de pago, como Microsoft Office. Si necesitas que alguien te lo explique bien, echa un vistazo a los cursos para aprender todos los secretos del paquete ofimático.
Dentro de esta área de competencias digitales, también se valora la creación y modificación de PDF, con herramientas como Adobe Reader, Free PDF Reader o PDF Filler, entre otros muchos.
Algo más avanzado: diseño y creatividad
Para determinadas áreas profesionales te vendrá bien dominar programas de diseño y composición. No es necesario que te dediques a una profesión creativa. Te resultará de mucha utilidad si te encuentras en cualquier rama del márketing y la comunicación, por ejemplo. Te dará la posibilidad de realizar infografías o montajes con imágenes. También será muy práctico si tienes que presentar con asiduidad informes y resultados.
Dispones de herramientas más profesionales y complejas de manejar, como Photoshop, Illustrator o InDesign, pero también hay en la actualidad muchas realmente sencillas. Suelen ser gratuitas y de código abierto. Además, las hay todavía más sencillas orientadas a una sola funcionalidad (gráficos, presentaciones, infografías, retoque, composición de páginas…), o bien que integran varias funcionalidades, como Genially o Canvas.
Las imágenes en movimiento y el sonido son recursos muy útiles
Aprender a editar un vídeo nunca será un conocimiento que te vaya a estorbar; en cualquier momento lo puedes necesitar. Desde grabar unas jornadas profesionales y presentar un vídeo-resumen hasta enseñar una técnica a través de imágenes, o un proceso, o un proyecto… incluso minitutoriales o webinars. La imagen en movimiento se está convirtiendo en la forma de comunicación por excelencia, por delante del texto escrito. Como habilidad complementaria, la edición de sonido aportará un plus que puedes añadir al material audiovisual.
Puedes emplear herramientas que ya vienen instaladas en los sistemas operativos, como iMovie o Windows Movie Maker, o bien utilizar software gratuito como VideoPad o Audacity. Si ya lo vas a montar de una manera más profesional, puedes atreverte con aplicaciones más complejas como Final Cut, Adobe Premiere o Adobe After Effects.
Publicar, hacer publicidad y mantener
Las empresas cada vez más necesitan estar presentes en la red de una manera activa. Tener los suficientes conocimientos como para poder actualizar una noticia de un blog corporativo, subir un nuevo producto a la tienda on-line, publicar una novedad en redes sociales o contestar a los mensajes del chat de la organización o a los comentarios son actividades de mantenimiento. Si en tu perfil se observan algunas de estas habilidades siempre representará un extra muy valorado.
Aquí las aplicaciones son muy variadas, desde CMS como WordPress hasta las distintas redes sociales, pasando por soporte para tiendas on-line, como Prestashop o Shopify.
Formar parte activa y colaborativa de la organización
En los últimos tiempos, una de las mayores revoluciones en el ámbito informático han sido las herramientas colaborativas. Que un grupo de personas puedan trabajar en una misma tarea, registrar datos de manera conjunta, compartir información y modificar documentos comunes ha redefinido las metodologías de trabajo. Al principio generaban muchos conflictos, pero cada vez se van reduciendo más los errores.
Una buena parte de las aplicaciones que hemos mencionado hasta ahora pueden emplearse de manera colaborativa. Más que aprender una herramienta en concreto, lo aconsejable es entender la filosofía del trabajo colaborativo, prever los posibles conflictos y definir buenas prácticas de uso. Mención especial merece el software de gestión del tiempo y de las tareas, que ya está instalado en multitud de empresas. Sobre todo para controlar el trabajo en remoto, algo que hemos aprendido especialmente a partir de la pandemia.