La formación continua es una necesidad a la que muchos profesionales están tratando de adaptarse. Sobre todo en campos tecnológicos y comunicativos, en los que las innovaciones utilizadas en el mercado hacen que las capacitaciones técnicas se disparen. A nivel de educación superior, muchos profesionales optan por estudiar un FP después de una carrera universitaria, con el objetivo de acceder más fácilmente al mercado laboral. Pero ¿Es esta una opción realmente útil para encontrar empleo? Te lo contamos todo en el artículo de hoy.
¿En qué puede ayudar estudiar FP después de una carrera?
Según el estudio Inserción laboral de los universitarios realizado por la Fundación BBVA, en los últimos diez años, los graduados universitarios han visto reducida su tasa de desempleo del 29,2% al 12,5%. Dato en el que el protagonismo de los puestos de trabajo para jóvenes de entre 22 y 29 años recae también en los universitarios, ocupando un 79% de las ofertas creadas para esa franja de edad.
No obstante, tal y como se ha podido mostrar en diversos análisis comparativos entre el nivel de estudios y la empleabilidad, realizar una carrera universitaria ya no siempre es sinónimo de empleabilidad cuando unimos la formación profesional al cálculo.
El informe Panorama de la educación 2023 publicado por el Ministerio de Educación muestra que aquellos estudiantes que optan por un Grado Superior cuentan con un 83% de empleabilidad a los 3 o 4 años de su finalización. Mientras que en los universitarios, este dato se amplía hasta los cinco años. Aunque se debe tener en cuenta la realización de los másteres y posgrados en este cálculo, la especialización tras la universidad es una realidad que “atrasa” la empleabilidad para los graduados.
La necesidad de una formación técnica adecuada en los diferentes campos hace que seguir formándose tras terminar una carrera sea ya casi un hecho imprescindible. Es por eso que muchos estudiantes optan por estudiar FP después de una carrera. Puesto que, además de la aproximación práctica que ofrece, permite llevar a cabo una reorientación profesional muy útil sin perder las ventajas de contar con un grado universitario.
¿Con qué ventajas e inconvenientes cuentas?
Por un lado, la ventaja que más convence a los estudiantes es la especialización y la orientación práctica que ofrece la FP en España. La aproximación a las tareas que se realizan en el trabajo es una ayuda de gran utilidad para los estudiantes y, asimismo, permite especializarse y aprender con un enfoque más aplicable al trabajo que realizarán que a la teoría que se desprende de él.
Además, la posibilidad de acceder a prácticas y de contar con un temario más reducido que en la universidad resulta de gran ayuda para llevar a cabo la formación y aprender nuevas habilidades. Y, por supuesto, la posibilidad de convalidar asignaturas reduce significativamente el tiempo de estudio aplicable.
Aunque debes tener en cuenta que existen diversas materias (como la Formación en centros de trabajo) que no podrás convalidar. Este hándicap no suele suponer un problema para los que se deciden por estudiar FP después de una carrera, puesto que buscan precisamente la aproximación práctica y el acceso al mercado a través de la FCT. No obstante, es conveniente que lo tengas en cuenta antes de decidirte.
Por supuesto, otro inconveniente es que, a pesar de tener formación universitaria, si desempeñas puestos desprendidos de los estudios de FP superior, el escenario más común es que el sueldo que recibas sea menor al que obtendrías a nivel universitario. Este hecho depende mucho de la empresa en la que te desarrolles y tu propia prospección profesional, por lo que, aunque debes sopesarlo, no tiene por qué suponer un hándicap para tu desarrollo laboral.
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