El periodo de prueba puede ser una época muy inquietante, especialmente cuando no se tiene una experiencia demasiado extensa. Aunque ya estás con un pie dentro de la empresa, siempre queda la posibilidad de que decidan dejar de contar con tus servicios antes de que finalice esta primera fase. ¿Qué puedes hacer para tratar de evitarlo?
Resiste, el periodo de prueba no dura tanto
Igual se te hace largo y pesado, pero en realidad el periodo de prueba no dura tanto. Si tienes una titulación técnica, la espera se te hará todavía más larga porque este intervalo puede durar hasta seis meses. Para el resto de casos el periodo de prueba es de dos meses como máximo, aunque hay una excepción. Si te ha contratado una empresa de menos de 25 trabajadores el periodo de prueba puede durar hasta tres meses. Durante este tiempo, cualquiera de las dos partes puede dar por finalizada la relación sin sufrir las consecuencias de lo que supone romper un contrato.
Anótalo todo, puede ser más útil de lo que piensas
A veces las primeras impresiones son muy valiosas, solo que las olvidamos pronto. Los primeros días son un buen momento para tratar de componer el organigrama de la empresa. Empieza por tu departamento, quién es tu mando directo y a quién reporta este mando. Con quiénes tendrás que coordinar tu labor más directamente y si hay establecida alguna jerarquía no oficial entre tus iguales (por antigüedad, por derechos adquiridos…). Anota el nombre de la gente, a nadie le sienta mal que se acuerden de cómo se llaman y hay quienes aprecian mucho este detalle.
Trata de no hacer repetir todo lo que puedas haber anotado. Si vas con una libretita a cuestas puedes dar la impresión de ser un poco frikie, pero ¿alguien ha perdido el puesto alguna vez por esto? No parece. Sin embargo, muchas personas pierden la paciencia si tienen que repetir las cosas, especialmente cuando les parece que hay una falta de interés o de implicación. Toda esta tensión no favorece tu continuidad.
¿Por qué no llevarse bien con todo el mundo?
Entabla buenas relaciones con otros departamentos. Puedes aprovechar el tirón de que eres la novedad y eso enternece a muchas personas, si bien es cierto que a otras las pone en guardia. No le des mucha importancia a las segundas, hay gente a la que le cuesta más adaptarse a los cambios.
Ya tendrás tiempo de observar las rivalidades y hacer piña con tu departamento, de momento se te perdona que no tomes partido porque se supone que hasta que no lleves cierto tiempo no habrás interiorizado ese tipo de relaciones no formales. Llevarte bien con todo el mundo puede erigirte en una posición de ventaja en un futuro. La cordialidad es una apuesta segura en la mayoría de ámbitos.
Si realmente puedes ser una pieza valiosa, demuéstralo
Hablamos hace poco de las ventajas y desventajas de ser una persona proactiva. Hay circunstancias en las que tienes que actuar con cierta cautela a la hora de mostrar tu iniciativa. Sin embargo, siempre es un buen momento para demostrar tu valía, pues la eficiencia es una buena carta de presentación en cualquier caso. Tomar esta actitud va a beneficiar que te quedes en la empresa y cuanto antes lo hagas, mejor. En este sentido, no muestres reticencias en manifestar y aplicar tus conocimientos, aunque siempre conviene hacerlo con el máximo respeto hacia las otras personas.