Antes del confinamiento mucha gente tenía claro que trabajar en remoto era la solución a sus problemas. Sin embargo, pasados ya más de cuatro meses de experiencia en teletrabajo, la percepción para muchas de esas personas es otra. Hay quien no ve el momento de reincorporarse de manera presencial. ¿Estás dentro de este grupo y quieres saber cómo sobrellevar el trabajo a distancia? Te damos algunos consejos para tolerar mejor esta situación.
La recomendación oficial es que, una vez se acabe el estado de alarma, las empresas prologuen el teletrabajo al menos dos meses más, si es posible. Pero esta no es solo la cuestión. Ya hay muchas compañías que han visto la oportunidad que esta modalidad les ofrece y se están planteando ahorrar costes en alquiler de espacios y en suministros. Así pues, ya están comunicando a sus trabajadores que quizá mantengan indefinidamente esta situación o bien combinen jornadas de trabajo presencial con trabajo en remoto.
Analizar la personalidad para encontrar el camino
Según la consultora Robert Walters, hay tres tipos de teletrabajadores: workaholic, soñador y recluso. El primero se define por trabajar de manera compulsiva, alargando indefinidamente el horario laboral y sin respetar descansos. El segundo representa a quienes apenas logran concentrarse en una tarea y pasan de una a otra de manera desordenada, procrastinando. El tercer tipo retrata a ese grupo de personas que antes del confinamiento ya vivían en un estado permanente de aislamiento; quizá su rendimiento no se vea afectado, pero sí puede agravarse su bienestar emocional.
Esta clasificación es tremendamente práctica; sin embargo, no deja de ser una segmentación que obvia múltiples aspectos de la riqueza humana. Podemos integrar en nosotros los tres tipos de trabajadores con una cierta tendencia a desarrollar uno de ellos, o bien cada cual se acercará a uno u otro dependiendo del momento de la vida en el que se encuentre.
Pero también puedes hallar otros parámetros que definan mejor cómo te sientes frente al teletrabajo. Por ejemplo, ¿qué es lo que peor llevas, no tener contacto físico con tus compañeros, la falta de inmediatez en las respuestas, la imposibilidad de organizarte o de hacer frente a las interrupciones…? Poner palabras a lo que estás sintiendo te ayudará a asimilar mejor lo que te está pasando.
Encuentra tu propia fórmula para trabajar en remoto y no desfallecer
Después de analizar qué aspectos son los que más te desagradan del teletrabajo, puedes pasar a tratar de buscar una solución. Tal como hemos apuntado al principio, quizá la situación se alargue más de lo previsto. Te proponemos tres vías basadas en la clasificación que hemos propuesto en el apartado anterior. Puedes probar a ver qué tal te funcionan, pero te animamos a que encuentres tus propios remedios adaptados a tus circunstancias:
- Si te resulta difícil separar la vida laboral de la personal, puedes emplear aplicaciones que controlen el tiempo que dedicas al trabajo. De esta manera, serás consciente de tu jornada real a pesar de las interrupciones que puedas sufrir en el día.
- Cuando no puedes centrarte en tus tareas, puedes jerarquizarlas en función de la concentración que requieran. Trata de ubicar las que más atención demanden cuando tengas mayor tranquilidad en casa y en el momento del día que te encuentres con más lucidez.
- En el caso de que te cueste relacionarte con tu entorno, quizá estás viviendo una época dorada en tu vida. Sin embargo, si el distanciamiento de tus compañeros te pesa, propón encuentros virtuales con cierta periodicidad y, si es posible, queda físicamente con los que más confianza tengas para recuperar los lazos.