Quizá hayas oído hablar de la suspensión laboral de empleo y sueldo o que estés experimentando este tipo de sanción y quieras saber cómo se regula.

Sea cual sea tu caso, las sanciones en el lugar de trabajo cuentan con unas regulaciones de obligado cumplimiento que tienen como objetivo proteger los derechos del trabajador. Por tanto, aunque las causas de la suspensión laboral pueden ser diversas, la que se refiere al proceso disciplinario en el trabajo debe ejercitarse siguiendo unas normas concretas de actuación. ¿Quieres saber más acerca de esta sanción disciplinaria? Te lo contamos todo a continuación.

¿Qué es la suspensión laboral de empleo y sueldo?

Aunque los términos suspensión laboral y suspensión laboral de empleo y sueldo suelen solaparse, la realidad es que cada uno hace referencia a distintas circunstancias.

La suspensión laboral de empleo y sueldo se da cuando, mediante una acción disciplinaria, la empresa suspende durante un tiempo determinado las obligaciones desprendidas del contrato de trabajo. Es decir, que durante el periodo que dure la sanción, el trabajador no deberá acudir al lugar de trabajo ni recibirá remuneración alguna.

Este tipo de cuestiones se recogen en el Estatuto de los Trabajadores. En el que se regula la legislación laboral sobre suspensiones. Más concretamente, en el artículo 45.1.h), se recoge la suspensión del contrato de trabajo a causa de la “suspensión de empleo y sueldo, por razones disciplinarias”.

Las consecuencias de la suspensión laboral disciplinaria dependen de lo recogido en el convenio colectivo de aplicación, puesto que en el Estatuto de los Trabajadores no se regula las condiciones de esta sanción, sino, únicamente, el tiempo de prescripción de las faltas recogidas por el trabajador (artículo 60.2).

Autónoma leyendo una sanciones más comunes entre los autónomos

¿Cómo se puede actuar ante una suspensión?

Aunque en el Estatuto de los Trabajadores se tipifican que las faltas cometidas por el trabajador pueden ser leves, graves o muy graves, es necesario conocer las cláusulas que se recogen en el convenio colectivo para poder adecuar en qué grado ha actuado el trabajador.

De cualquier forma, si no se está de acuerdo con la sanción, el empleado cuenta con un periodo de 20 días hábiles para poder impugnar la decisión de la empresa presentando una papeleta de conciliación ante el organismo responsable de los servicios de mediación, arbitraje y conciliación en su comunidad autónoma. Una vez agotada esta vía, también puede acudir al Juzgado de lo Social para elevar una demanda.

Una vez acabado el plazo de sanción, el reintegro después de una suspensión supone que el contrato vuelve a estar en vigor y, por lo tanto, también los derechos y obligaciones que se desprenden de él.

¿Qué diferencias existen entre una suspensión laboral y la suspensión de empleo y sueldo?

Como te hemos comentado al principio del artículo, es importante no confundir la suspensión laboral con una suspensión de empleo y sueldo.

Ambos tipos se recogen dentro del artículo 45 del Estatuto de los Trabajadores, pero mientras que la suspensión laboral hace referencia a multitud de supuestos, como el mutuo acuerdo, la incapacidad temporal, el riesgo durante el embarazo o la lactancia, entre muchas otras, la suspensión de empleo y sueldo solo es una más de las distintas causas por las que se puede ejercer una suspensión laboral, por lo que las condiciones en que se ejecuta esta medida tendrán particularidades que no contemplan las otras modalidades de suspensión laboral.