En los últimos diez años, han sido casi 200.000 personas mayores de 50 años las que se han montado un negocio por su cuenta. A la experiencia acumulada se suele unir haber ahorrado recursos económicos suficientes y haber afianzado una red de contactos. Todo ello facilita el emprendimiento.
En una década, se ha pasado de contar con 3.157.046 autónomos a 3.267.428 personas que trabajan por cuenta propia. Entre medias están los años de crisis, momento en el que cayeron las cifras de emprendimiento. Esa fase ha quedado atrás, y ahora la Seguridad Social cuenta con 110.382 cotizantes más que hace diez años. Así lo recoge un informe elaborado por ATA, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos.
Los autónomos mayores de 50 años que han arriesgado
Entre las personas mayores de 55 años, el número de cotizantes por autónomos ha ascendido por encima de la media. Hay 195.470 personas autónomas más que en 2009. Tal como apuntábamos al inicio, la estabilidad profesional que han alcanzado estos emprendedores les lleva a contemplar la idea de montar un negocio. Pero también ha influido el que no encuentren otra salida laboral más que autoemplearse, pues resulta más difícil encontrar empleo a partir de los 45 años.
En estos casos, conviene hacer una buena previsión y, sobre todo, tener un plan B por si falla el emprendimiento, pues la jubilación todavía queda lejos y hay que mantenerse hasta entonces. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de nuevas iniciativas fracasan antes de cumplir los tres años de vida.
Ahora bien, autoemplearse no tiene por qué ser una motivación principal para lanzarse a emprender. Curiosamente, también se ha incrementado la cantidad de autónomos en jubilación activa, es decir, mayores de 65 años que montan un negocio. Estos han crecido hasta llegar al doble de la cifra que había hace una década.
¿Por qué los jóvenes se arriesgan menos?
Otra de las cifras que aporta el informe de ATA es el descenso significativo de emprendedores entre los menores de 35 años. Hay una cuarta parte menos que en 2009. En concreto, la cifra de autónomos en este rango de edad ha descendido en 165.970 personas en diez años. De 625.594 que se registraron en diciembre de 2009 se ha pasado a 459.624 en diciembre de 2019.
Si se observa el cuadro que aporta el informe de ATA por años, se aprecia que en la época de crisis no hubo descensos significativos, como sí los hubo entre los mayores de 55 años. Esto puede interpretarse como que los jóvenes se lanzaron más al autoempleo en época de crisis, alentados sin duda por varios actores de la sociedad. En tal caso, podría suponerse un fracaso mayor en estas iniciativas de autoempleo, que sería lo que está influyendo en que ahora hayan tomado una actitud más conservadora.
Por otro lado, la cifra de autónomos entre los jóvenes podría no haber variado demasiado en época de crisis, debido al crecimiento de los falsos autónomos. El descenso se explicaría por las medidas que se han ido tomando en los años siguientes para reducir esta lacra en el mundo laboral, que estarían dando sus frutos.
Crecimiento del emprendimiento entre las mujeres
Las cifras de emprendimiento entre emprendedoras han sido mucho más regulares en periodo de crisis que las cifras correspondientes al emprendimiento en hombres. Así pues, la ligera tendencia ascendente a partir de 2013 que se observa en los dos géneros ha provocado que en 2019 la variación entre el número de autónomas de ese año y las del 2009 sea significativamente superior. Sin embargo, esta variación es negativa en el caso de los autónomos hombres, que todavía no han alcanzado las cifras de 2009.
En total, el número de autónomas ha crecido en diez años en 116.447 personas. Se pasó de 1.057.297 a las actuales 1.173.744 mujeres con negocio propio afiliadas en el último trimestre de 2019. Entre los hombres autónomos se ha pasado de 2.099.749 a 2.093.684 afiliados en el mismo periodo de tiempo.
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