La Consejera de Trabajo y Vicelehendakari del Gobierno Vasco, Idoia Mendía, anunció hace unos días que el ejecutivo vasco se planteaba ensayar la Semana Laboral de cuatro días en Euskadi. La noticia coincide con la publicación de los resultados del primer proyecto piloto sobre la jornada de cuatro días, que se ha llevado a cabo en Reino Unido. En este artículo hablamos de las características y los beneficios de esta revolucionaria medida.
¿Qué puede traer consigo la implantación de la semana laboral de cuatro días en Euskadi?
Cada vez escuchamos más voces a favor de la semana laboral de cuatro días sin rebaja salarial. Es un modelo que ya estudian muchos responsables políticos y que podría marcar el futuro de las relaciones laborales. En España, ya se han articulado algunas medidas.
En este sentido, el Gobierno Vasco, a través de su Mesa de Diálogo Social, quiere probar cómo funciona en aquellas empresas que quieran participar a partir del próximo año.
Esto ha puesto de nuevo el modelo en el foco del debate, con voces a favor y en contra de la medida. Entre los beneficios que se le presupone, están los que arroja el proyecto piloto de 4 Day Week Global, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para la implantación de estas políticas en empresas de todo el mundo. Durante los meses de junio a septiembre de 2022, más de 60 empresas y cerca de 3000 trabajadores del Reino Unido participaron en el proyecto. Y estas son algunas de las conclusiones más interesantes que se obtuvieron:
- El 90% de las empresas participantes continúa con el nuevo horario laboral.
- Más del 50% de los encuestados pudieron mejorar sus problemas de conciliación.
- Los ingresos de las empresas aumentaron un 30% de media con respecto a los datos de años anteriores.
- Se redujo casi en un 60% el porcentaje de empleados que abandonaron las empresas durante el ensayo.
Como vemos, los datos son esperanzadores y se relacionan directamente con la mejora de la productividad y de las condiciones de trabajo. Sin embargo, su implantación no es sencilla y son muchos y muy complejos los interrogantes que se plantean. Entre ellos, verificar si es posible dicha implantación de forma generalizada y para todo tipo de puestos, o estudiar fórmulas de compensación económica a las empresas.
Ejemplos y desafíos del mercado laboral del futuro
Uno de los primeros países que se tomó en serio esta medida fue Nueva Zelanda. Justo en plena pandemia, la ex primera ministra Jacinda Ardern, anunciaba la voluntad de su ejecutivo de establecer y favorecer una jornada laboral de cuatro días para dinamizar la economía, y más concretamente, el turismo doméstico. Algunas de las grandes compañías instaladas en el país, como Unilever, pusieron en marcha su propio modelo.
Las jornadas laborales intensivas, el aumento de las horas semanales de teletrabajo, la transformación digital de las empresas o la deslocalización de ciertos puestos de trabajo son algunos de los desafíos que, tras la crisis de la COVID-19, afronta el mercado laboral del futuro. Reducir los días laborales sin mermar la productividad puede ser, además, una solución ante el aumento de los problemas mentales y de salud derivados de la inestabilidad económica tras la pandemia.
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