Si eres quien emprende o la empresa para la que trabajas tiene que lanzarse a la plaza virtual, es decir, al mercado online, tras las nociones básicas que vas a ver aquí, presta atención a esta palabra clave: segmentar. Sí, del mismo modo que elegirías el local, la zona y decoración de la empresa de manera coherente con el producto que ofreces, en el vasto océano del ecommerce, una estrategia exitosa pasa por definir el target. Esto es, a quién va dirigido tanto el producto o servicio como el marketing que definas. De nuevo, la clave es la experiencia del cliente.
Ecommerce para emprendedores: cómo empezar
Tras la pandemia hay más posibilidades y facilidades para vender productos o servicios por Internet, pero también crece exponencialmente la cantidad de competidores. Los primeros pasos para “caminar” sobre estas aguas son elegir una plataforma adecuada y de confianza, formarte si necesitas en herramientas digitales, especialmente, en cuanto al SEO se refiere, y ofrecer transacciones seguras.
Poco a poco. Como se ha doblado la cantidad prevista de ventas por ecommerce, asimismo han surgido diversas plataformas, muy intuitivas y sencillas de manejar, entre las que tienes que elegir. La más utilizada es Shopify, una SaaS (Software as a Service) de pago mensual, principalmente porque requiere poca inversión en tecnología con lo que enseguida podrás exponer el catálogo y empezar a facturar. Elijas la opción que elijas, recuerda que la tecnología tiene que adaptarse a tus necesidades de negocio y no a la inversa.
A diferencia de cuando intentas abrir una tienda tradicional, en el ecommerce no vas a encontrar las barreras de licencias o condiciones jurídicas para desarrollar el proyecto. Sin embargo, tendrás que resolver cuestiones propias como posicionar el contenido trabajando el SEO o garantizar la confidencialidad de los datos de los clientes y su seguridad financiera al comprar tus productos o servicios.
Claves para consolidar el ecommerce
Como sabes, recoger la experiencia del cliente te va a dar las pistas que necesitas para mejorar tu proyecto. Y ahora no te limitas solo al entorno de una posible tienda física, sino que los clientes potenciales lo son a nivel nacional e internacional. La ventaja es que no tienes que arriesgar comprando previamente a proveedores o comprometiendo un stock, pues en el ecommerce puedes comprar el inventario después de realizar la venta. Este método se conoce como dropshipping.
La cuestión para sobrevivir como pequeño comercio o emprendedor es trabajar en la omnicanalidad, es decir, no limitarse al ecommerce. Combina distintos medios: mailing, productos en tienda física o bien campañas híbridas. Del mismo modo, no te limites a proveedores en línea, puedes trabajar también con servicios físicos. Como siempre: el mejor producto al mejor precio.
Solo no pierdas de vista que al vender productos digitales, como un libro electrónico o música descargable, ahorras en logística de distribución. Además del tiempo de espera de recepción por parte del cliente. Pero pero tienes que invertir en seguridad y control de las transacciones. Ya no podrás hacer inventario del stock en el almacén, pues no hay ítems físicos que revisar. Una descarga no altera el stock.
Por último, recuerda siempre reservar un espacio para que los clientes dejen comentarios. Fomentar la participación y facilitar el contacto, con un teléfono de contacto, un chat de clientes o el mail de la empresa, son creadores de confianza que contribuirán a posicionar tu marca.
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