Hay muchos ahí fuera que matarían por tener un trabajo. No, no hablamos ahora de ese español de cada cinco en edad de trabajar que no puede hacerlo y que querría estar trabajando, así, en genérico. Hablamos de esos que sueñan con un trabajo en concreto, con ese trabajo. Para animarte vamos a desmitificar algunos trabajos que -supuestamente- son la envidia de cualquiera.
Fotógrafo artístico. Trabajas en un estudio fotografiando a gente guapa e interesante. A los guapos es genial fotografiarles porque suelen posar de forma provocativa, y a los interesantes… porque son interesantes. Encima eres un artista. Todo muy cool. ¿Pero te has parado a pensar en lo aburrida que puede ser la vida sacando fotos para catálogos, exposiciones y folletos? O qué creías, ¿que los fotógrafos artísticos viven todos de hacer cosas con grandes estrellas?
Betatester de juegos. Eres tan friki de los videojuegos, has jugado tantas y tantas horas, que los programadores cuentan contigo para probar los juegos antes de sacarlos a la venta. Imagínatelo: te pagan por jugar, horas y horas. Y ahora, piénsatelo bien. Horas y horas jugando como forma de trabajo. No a los juegos que tú quieras y yendo a pasártelo bien, no. Jugando a cualquier tontería para comprobar detalles técnicos como la jugabilidad, la duración y demás aspectos.
Líder de opinión. Tú hablas y los demás escuchan. Ahí fuera hay miles de personas que, incluso, no saben bien qué opinar sobre algo hasta que saben cómo piensas tú. Eres un modelo, un guía, lo que los modernos llaman ‘influencer’. Las marcas te persiguen, los poderosos te temen. Y tú tienes que medir tus palabras al milímetro porque un paso en falso acaba con tu chiringuito de vivir de tus opiniones. No te pases ni un pelo.
Tertuliano. Si eres de los buenos convertirte en tertuliano será la consecuencia de ser líder de opinión, y si eres de los malos convertirte en tertuliano será el pretendido paso previo a ser un líder de opinión. En cualquier caso tener de profesión tus opiniones está bien, pero… ¿de todo tienes opinión? ¿para todo tienes una respuesta? ¿y seguro que ésta no es tendenciosa? ¿eres de los que tienen pensamiento monolítico? Porque mira que los críticos no gustan… Además, ten bien claro que tu futuro es caduco: a los medios les gusta cambiar de tertulianos tanto como a Messi marcar goles. Y la gente te va a criticar como si fueras un Mourinho de la vida.
Crítico (gastronómico, cinematográfico). Comer, beber, ver películas… todo gratis. No sólo es eso, es que te pagan por hacerlo. Y no sólo eso, sino que encima puedes rajar lo que quieras. Ahora bien, para ser crítico a veces parece que tengas que desayunar café con sal. Pocas palabras amables y una preparación enorme y continuamente actualizada para poder hacer bien tu trabajo. Y eso por no hablar de lo que puede someter para tu vida/dieta eso de estar todo el día de cata o de restaurantes.
Doblador. Debe de ser divertido eso de poner voz a películas y series, reinterpretar a grandes actores conocidos aportando tu granito de arena. Pero de eso nada: ser doblador implica repetir las mismas escenas una y otra vez, ser la mera expresión vocal de un guión ya escrito y de un papel ya interpretado. Y todo para que ahora vengan los modernos a decirte que la versión original subtitulada (porque no saben tanto inglés en verdad) mola más.
Presidente. ¿Presidente de qué? ¿Del Gobierno, de una empresa? Da igual, presidente. Es, como trabajo, un concepto en sí. El tema es mandar. Mandar mola, mandar nos gusta. Nosotros decimos y los demás hacen. Pero cuidado: tus decisiones tienen consencuencias, hay familias que comen gracias a ti o hay territorios con sus habitantes cuyas vidas estarán en tus manos. ¿Tú te has fijado en las imágenes de la gente antes de asumir el cargo de presidente y después de abandonarlo? A veces lo que envejece no es el tiempo en sí, sino la vida que vives.
Socorrista. Salvavidas, alguien deportista, que hace algo bueno por el bien común. Trabajo en exteriores, con buen tiempo, moreno garantizado, buen cuerpo, tranquilidad, poco trabajo… Pero nada de disfrutar de la playa o la piscina, ni de leerte un libro, ni de distraerte. Toda esa tranquilidad se te puede ir al traste si pasa algo en cualquier momento. Y ojito con ver cómo solventas el problema, porque puede ser algo letal.
Creativo. Vivir de lo que uno piensa. A veces, incluso, aunque sean chorradas. Imaginar tal anuncio. Pensar tal producto. Crear, vaya, sin parar. Te imaginas siendo un moderno, un bohemio hipster con un Mac muy grande, dado a la mala vida para estar continuamente inspirado. En serio, ¿te has imaginado cómo debe ser vivir siempre teniendo que tener nuevas ideas?
Actor porno. EL trabajo, según muchos adolescentes (chicos) y muchos hombres piensan. Todo el día ahí, dándole al tema. Mujeres atractivas, cualquier tipo de postura, de escena, de fantasía, con una o más personas… Ahora piénsatelo bien. Imagina el desgaste físico que puede suponer pasarte horas haciéndolo y manteniéndote. El ejercicio mental, precisamente, de mantenerte. La exigencia de cuidado personal que requiere. Además, es un trabajo caduco. Y, sobre todo, el trastorno para tu imagen y tu vida íntima que puede suponer ¿De verdad te quedan ganas al llegar a casa de seguir trabajando? Pues eso, piénsatelo
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