Una de las preguntas más espinosas que suelen aparecer durante la entrevista de trabajo es la relativa a anteriores trabajos y el tipo de relación que tenías con compañeros y superiores. Si todo ha ido bien y el motivo por el que has dejado la anterior empresa está justificado por algo inevitable como un traslado de ciudad será fácil argumentar la respuesta.
Pero hablar de un despido o de incompabilidades con un jefe es algo a lo que hay que saber darle la vuelta para explicarlo de forma que no te reste puntos. En este momento de la charla un entrevistador está tratando de valorar tu capacidad para analizar situaciones que no te favorecen y cómo sabes sacarles partido.
Nunca hables mal de tus anteriores trabajos
Hablar mal de los demás te deja a ti en mal lugar. Como bien se sabe todas las historias tienen más de un punto de vista (al menos dos) y con esta pregunta no se busca conocer quién lleva la razón sino valorar tu capacidad de leer situaciones e ir más allá de lo que te atañe. Saber si tienes una visión global sobre diferentes coyunturas. Puedes dar una opinión sobre lo sucedido pero no dejes que te arrastre implicándote emocionalmente. Toca hacer gala de ecuanimidad. Si hubo algún problema que desembocó en un despido, por ejemplo, trata de tomar distancia al contarlo. Haz como si fueras un juez que tiene en cuenta solamente datos objetivos y ofrece solo la información precisa.
Adopta un punto de vista ecuánime
Conviene preparar esta cuestión y argumentar en positivo poniendo el acento en las ganas de crecer profesionalmente en vez de cargar las tintas hablando mal de tu anterior compañía o de tus colegas. No sabes bien a quién tienes enfrente y se trata de una situación en la que no interesa hacer confidencias. Puedes salir con frases como estas: “Teníamos formas diferente de entender la gestión” o “quería mejorar profesionalmente y no veía la posibilidad de hacerlo en esa empresa”. No es necesario entrar en más detalles. Si lo haces, tu entrevistador puede pensar que eres una persona indiscreta.
En el tiempo de una entrevista no se puede desarrollar un argumento que obedezca a la verdad y que te pueda favorecer. Ni al entrevistador le interesa saber quién tiene razón. Lo que se están valorando son tus cualidades y aptitudes y qué grado de objetividad eres capaz de mostrar. No hay que bajar la guardia frente a estas preguntas. Son cuestiones que pueden dispararte emocionalmente sobre todo si has perdido de forma involuntaria el empleo.
Muestra profesionalidad
Plantear la respuesta a la pregunta sobre tu anterior empresa haciendo un relato que solo te beneficie a ti puede producir la sospecha en el entrevistador de que no sabes reconocer tus errores. Tampoco esto es recomendable.
Hablar mal de experiencias anteriores también pone en cuestión tu capacidad de adaptación ante un escenario que no te favorece. Si describes el momento como una oportunidad de aprender algo verán en ti a una persona capaz de amoldarse a las circunstancias y sacar ventaja a una situación desfavorable, algo a la orden del día.
También es importante no rehuir del tema. En general, esto hay que hacerlo con todos aquellos aspectos que puedan entenderse como negativos de tu CV, como algún periodo desempleado . Busca la vertiente positiva y afronta la pregunta construyendo un relato (ojo, sin mentir en ningún momento) que te deje en buen lugar. Tratar de esquivar el tema solo provocará que el entrevistador quiera seguir indagando sobre esa debilidad y poner a prueba tu capacidad de leer las situaciones de una forma profesional.