Alcanzar nuestros objetivos profesionales puede resultar mucho más sencillo si tenemos una hoja de ruta profesional marcada. Ya sea para montar nuestra propia empresa o para crecer en nuestro entorno profesional, deberemos marcarnos unos objetivos. La cuestión es si sabemos qué tenemos que hacer para llegar a cumplirlos.
Muchos jóvenes se plantean ejercer una determinada profesión o quieren montar algún negocio pero no saben realmente el tiempo y esfuerzo que puede llevar poder dedicarse a lo que uno desea. Para tener una idea realista de lo que nos va a costar alcanzar nuestras aspiraciones profesionales, algo que nos puede venir bien es crear una hoja de ruta que describa los pasos que tenemos que dar para alcanzar nuestras metas.
¿Qué debemos tener en cuenta para crear nuestra hoja de ruta profesional?
1. Saber dónde queremos llegar. No podemos iniciar nuestro mapa si desconocemos el destino al que queremos llegar. Por tanto, este debe ser el primer paso en la planificación de nuestra carrera profesional… en qué lugar nos gustaría estar en los próximos años. Si vamos a cambiar el rumbo de nuestra carrera, debemos pensar por qué queremos cambiarla antes de dar este primer paso.
2. Centrarnos en las herramientas que necesitamos. Posiblemente tengamos un lista de empresas en las que queremos trabajar o de titulos que deseamos obtener durante nuestra carrera pero más importante que esto resulta saber cuáles son las habilidades y experiencias que necesitamos para perseguir nuestro objetivo. La mayoría de reclutadores se muestran de acuerdo en que la experiencia y el ser un «hacedor» es mejor que fijarse en los títulos.
3. Encontrar un guía. Un tema importante es tejerse una buena red de contactos con la gente del gremio que hemos elegido como meta. Además, puede ser muy interesante identificación de algún o algunos mentores de referencia que nos puedan guiar sobre la preparacion académica y profesional a través de su experiencia en el sector.
4. Estar abierto a cambiar la ruta. Deberemos ser capaces a adaptarnos a cualquier obstáculo que encontremos en el camino y que pueda hacernos desviarnos de nuestra ruta. Y es que la planificación de nuestra carrera no necesariamente nos llevará a nuestro trabajo soñado, así que deberemos ser flexibles y estar abiertos a tomar nuevos caminos y aprender nuevas habilidades. Incluso si nos equivocamos y nos desviamos del camino, debemos tomar la experiencia como algo positivo para nuestro aprendizaje. Todo el mundo tiene etapas a lo largo de su trayectoria profesional en la que no está entusiasmado porque no es lo que esperaba, pero de todo se aprende y nos puede ayudar a tomar mejores decisiones de ahí en adelante.