Igual que no te pondrías a construir una casa empezando a poner ladrillos y argamasa a golpe de paleta sin tener un plano de cómo quieres que sea, orientación, distribución, número de estancias… tampoco puedes encarar una búsqueda o mejora de empleo sin tener una estrategia. Más aún, para saber en qué escenario te mueves, deberías hacer una reflexión sobre los factores que pueden influir durante el proceso. Este análisis es el famoso DAFO. Pero la estrategia que te moverá hacia tu objetivo final también está formada por acrónimos. Se trata de la matriz CAME. ¿En qué consiste?
Qué es un análisis DAFO
Para saber hacia dónde ir es necesario conocer dónde estamos. Eso se traduce, desde una mirada de lo profesional, en aspectos positivos de la experiencia, la formación y las cualidades personales, que deben usarse para avanzar hacia el objetivo. Pero también en cosas mejorables, circunstancias poco propicias o limitaciones y carencias.
Una vez identificadas y definidas, estas facetas se pueden clasificar entre aquellas que está en nuestra mano mejorar, la dimensión interna, y aquellas sobre las que tenemos poca capacidad de interferir. Como mucho, se podrían surfear si se coge bien el pico de la ola contando con las propias competencias. Son las circunstancias externas.
Como resultado, por un lado, aparecen las cosas que se te da hacer bien, y las circunstancias favorables y sobre las que se tienen poco control, y aquellas para las que se cuenta con pocas habilidades. Para esquematizar al máximo, y que resulte una herramienta práctica por su sencillez, se representan por cuatro letras: DAFO. Es decir, Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Debilidades. Es el cuadro que te ayudará a situar tu punto de partida.
Qué es una matriz CAME
Identificados tus puntos fuertes, considerados los aspectos del momento o el lugar que pueden favorecer. Apreciadas las dificultades que presenta el contexto y tenidos en cuenta los puntos débiles llega el momento de pasar a la acción. Es aquí cuando aparecen las siglas CAME: Corregir las Debilidades, Afrontar las Amenazas, Mantener las Fortalezas y Explotar las Oportunidades.
Poniendo verbos de movimiento a cada aspecto del análisis se pueden explorar las posibilidades y los puntos por los que hay que pasar a lo largo del recorrido. Por descontado que cada una llevará un timing, no se puede hacer todo a la vez. Por lo que podrás establecer diferentes fases y priorizar algunos aspectos sobre otros que no son tan urgentes o decisivos para alcanzar el objetivo.
Así que, habrá que tensar equilibrios para conseguir corregir aquellas debilidades que estén impidiendo alcanzar el objetivo, y sobre las que se puede decidir porque está en cada cual. Un ejemplo que aparece recurrentemente en un análisis DAFO en el apartado de debilidades es la formación. Si se atiende a la matriz CAME, habría que corregir esa debilidad formándose, consiguiendo un título, aprendiendo un lenguaje o software o alguna otra habilidad TIC.
Una amenaza clásica puede ser que haya muchos candidatos para pocos puestos o que tengan una gran preparación. Es un aspecto sobre el que poco se puede hacer, más allá de tratar de competir con alguna de las fortalezas. Pero también se puede optar por elegir un puesto en un territorio donde haya menos competencia o un horario poco atractivo, poniendo en el horizonte que se puede conseguir una modificación del turno una vez dentro más fácilmente. Todas ellas sería estrategias para afrontar la amenaza de la competencia.
Las debilidades se mitigan y las fortalezas se robustecen
Una destreza, una habilidad, no se tiene para siempre, ni en cualquier circunstancia. Es importante pulirla. Si tienes una gran capacidad comunicativa debes potenciarla. Añadir storytelling, elementos de persuasión, ritmo de exposición y claridad. No te conformes con saber que ese es tu fuerte y saldrá en el momento que lo necesites (efectivamente, es una de las softskills más demandadas): todo lo contrario, mantén permanentemente actualizadas tus habilidades y hazlas crecer.
Por último, saca todo el provecho que puedas de las oportunidades que se dan. Si se trata de un contacto interesante, que te acercaría a tu objetivo intenta nutrir ese vínculo. Otro ejemplo, quizás se presenta la ocasión de exponer tu trabajo: aprovecha para hacer networking y dejar tus datos a quien se interese por algún aspecto de tu exposición. Pon todo de tu parte para que, si alguien googlea tu nombre, se encuentre con unas redes sociales que digan de ti lo que te gustaría que vieran, no lo dejes a la libre interpretación o le restes valor.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo se podría poner en marcha una estrategia CAME. No olvides que dentro de cada cajón del DAFO caben varias estrategias. Establece un criterio para generar el máximo de ellas, y después aplica una escala para valorarlas. Es fundamental que calibres las fuerzas y los medios de que dispones, para que no resulte una tarea abrumadora. Solo haz que sea eficaz, como poco, inténtalo y ajusta la estrategia a medida que la vayas probando mediante una evaluación.