Cuando la máquina ganó a Kasparov el mundo se oscureció. El pensamiento, el flujo de ideas y asociaciones que nos diferencia del resto de seres que habitan el planeta, había sido superado por unos cuantos microchips. Calcular, ejecutar procesos, manejar cantidades ingentes de información ya no tiene sentido como tarea humana, las máquinas pueden hacerlo infinitamente mejor por lo que son otras las cualidades que se necesitan para construir el mundo. Habilidades donde las máquinas, de momento, no alcanzan. Una de ellas es la capacidad crítica del pensamiento.
Utilizamos el pensamiento crítico para identificar la veracidad de una información
El pensamiento crítico es aquel que se pone en marcha cuando una información nos llega con el fin de discernir su veracidad y los posibles sesgos que contiene.
De esta manera, se es capaz de elaborar un juicio propio y no se da por cierta esa información externa sin haberla sometido previamente a un análisis basado en criterios de la lógica.
Capacidad crítica aplicada a lo laboral: innovación
Esta cualidad es fundamental en los procesos creativos para desviar la inercia en la forma de hacer las cosas. Solamente poniendo en cuestión lo que siempre se ha hecho puede surgir la innovación, una forma diferente de afrontar los problemas que den lugar a soluciones novedosas. O a la resolución de problemas que previamente no tenían respuesta.
Personas que tengan engrasada esta destreza es lo que se busca en los perfiles profesionales. Aquellas que pueden aplicar el pensamiento fuera de la caja, ir más allá de lo establecido, para avanzar en otras direcciones. Pero también para detectar fallos en los sistemas e introducir mejoras que reduzcan tiempos, recursos o faciliten los procedimientos.
El pensamiento crítico se ha convertido en una cualidad imprescindible para el procesado de la información que llega por los múltiples canales que manejamos a diario. Las noticias falsas tienen su gran poder expansivo gracias a la mejora de la tecnología que las maquilla para hacerlas cada vez más veraces (manipulación de la imagen y la voz).
Sumado esto a que, cada vez se conoce mejor cómo funcionamos emocionalmente. Esto convierte en imprescindible la capacidad crítica para no caer en engaños y manipulaciones. Por este motivo, es fundamental poner en cuestión todo lo que recibimos antes contribuir a su difusión.
Cómo mejorar nuestra capacidad crítica
La capacidad crítica se puede entrenar aplicando un sencillo esquema a la toma de decisiones. Se puede hacer en cinco pasos:
1.¿Qué objetivo persigues? Ante una decisión o una posible solución a un problema, haz tuya esta pregunta adaptándola a tus necesidades.
2. Recopila toda la información que consideres relevante para poder tomar esa decisión o para aplicar una medida. Es interesante que esos datos no provengan todos de la misma fuente para poder darle perspectiva al problema. La realidad no tiene un solo enfoque. Cuanta más información se maneje más fundamentada estará la decisión que se escoja.
3. Analiza qué elementos operan dentro de ella. Es decir, ¿Qué ideas la sustentan? ¿Qué suposiciones entran en juego?. Pero también por tu parte ¿Qué prejuicios tienes sobre ella? ¿Estás haciendo una interpretación lógica?
4. Evalúa las consecuencias que tendrá esa decisión más allá de lo más inmediato. Ampliar la mirada para valorar si los beneficios de la nueva propuesta tendrían un recorrido significativo o traería resultados negativos inesperados.
5. Considerar otros puntos de vista. La técnica de los seis sombreros de Edward de Bono podría servir para este punto. Ayudaría a encontrar matices a la decisión y, puede que también, encontrar el cabo de un hilo a una nueva propuesta.