Las motivaciones para buscar trabajo en el extranjero pueden ser de muy distinto tipo. Quizá se esté buscando una experiencia que enriquezca el perfil o bien se tratar de encontrar una salida al estancamiento laboral que a veces se sufre. En otras ocasiones te hemos orientado sobre los aspectos a tener en cuenta si quieres trabajar en un país determinado. Hoy vamos a hacerlo sobre cualquier país, por si todavía no te has decidido. Son muchas las opciones que existen para trabajar fuera de España, ya sea en Europa, nuestro destino más cercano, o bien en otras latitudes. A continuación te contamos un poco más.
Cuando tienes pensado establecerte por un tiempo en el extranjero, has de contemplar una serie de cuestiones. Unas podrás solucionarlas desde aquí; otras tendrás que resolverlas en cuanto te establezcas. Piensa sobre todo que algunos trámites llevan tiempo y que vas a necesitar dinero para empezar. Toda la información que recopiles antes de partir será muy útil. Puedes centrarte en los aspectos que expondremos a continuación.
Dónde buscar un trabajo en el extranjero
Nuestra primera recomendación es que acudas a un portal de empleo con sección internacional, como el de Infoempleo. Podrás observar las vacantes, el tipo de puestos y lo que se requiere para cada uno. Si te suscribes, recibirás en tu correo las ofertas que más te interesen.
Si no tienes pensado salir del territorio europeo, el portal EURES también es un recurso muy útil. Esta plataforma oficial pone en contacto empresas con trabajadores europeos. Conviene echar un vistazo a su documento sobre ofertas fraudulentas y tenerlo presente para cualquier propuesta que recibas, ya sea dentro de la plataforma como por cualquier otro medio.
Por otro lado, están los servicios de empleo del país que elijas como destino. Suelen disponer de un portal al que puedes acceder desde aquí para ver al menos cómo funciona y lo que se requiere para estar inscrito.
Por último, las redes sociales orientadas al empleo, como LinkedIn, serán otro punto importante de contacto en el ámbito profesional del país de destino. Más que para acceder a ofertas de empleo (que también), te puede resultar muy útil para ir tejiendo una red profesional allí donde emigres.
El CV en el mundo
Un país puede tener una peculiaridad sobre la forma de elaborar un CV. Por ejemplo, los anglosajones no suelen incluir foto de perfil. Sin embargo, en este punto hay que actuar con sentido común. A los empleadores de todo el mundo les interesa saber el mismo tipo de datos. Bien visibles serán los de contacto. La experiencia y la formación, habilidades y competencias es una combinación que nunca falla.
Y ¿quién pone pegas a un exceso de formalidad? La carta de presentación no solo es eso, una formalidad, supone también tu presentación, tu saludo, un resumen de ti como trabajador que te define en unas pocas líneas. Es el primer paso para inducir interés por tu currículum. Si no están acostumbrados a ver cartas de presentación, seguramente se asombrarán, pero en positivo.
El idioma es fundamental
Busca un país donde el idioma no te suponga una barrera. En muchas zonas del planeta, el inglés puede servirte como primer vehículo, pero si realmente quieres permanecer, es preciso que te hagas con el idioma nativo. Es con el que te sentirás más integrado y podrás acceder a puestos más especializados. Puedes mejorar tu idioma con las opciones de formación en idiomas que te ofrecemos.
En algunos trabajos pueden pedirte que presentes un certificado de nivel de idiomas. Consulta los más habituales del país al que quieres emigrar y ve preparando tu formación, si es posible, desde aquí.
Para no perderse entre trámites y burocracia
Este es uno de los puntos que más atados tienes que llevar. Lo primero es asegurarte de que, cuando llegues al país, te encuentras en situación legal. En algunos Estados, tendrás que conseguir un permiso o visado. Conocer los tipos de situaciones que existen te orientará sobre el tiempo que puedes permanecer de manera legal.
Estas cuestiones dependen en cierta medida de los acuerdos de España con el país de destino. Si es un país europeo, tienes garantizado el derecho a libre circulación de personas. Cuentas con un permiso de tres meses en los que no se solicita la residencia. A partir de este plazo, tendrás que acreditar que tienes un trabajo o recursos suficientes para mantenerte. El siguiente paso será solicitar la residencia permanente.
A la hora de formalizar un contrato, lo más probable es que te pidan que te inscribas en la seguridad social del país. Infórmate sobre este trámite antes de llegar. Dónde se solicita y cómo se cursa el alta. Además cabe la posibilidad de que te exijan contratar un seguro de salud privado.
Por otro lado, es conveniente que te abras una cuenta en un banco que opere a nivel nacional en el Estado al que migras. Te facilitará algunos trámites.
También resulta muy oportuno informarse sobre la homologación de titulaciones. Cada país tendrá su propio organismo, pero es más sencillo comenzar a tramitarlo desde aquí, por si hay que acudir a algún trámite que requiera hacerse en España.
La vida en el país de llegada
Este es otro de los temas que tienes que examinar con mucha atención. Te resultará muy útil conocer detalles, cuantos más mejor, sobre la vida en ese país. Desde un punto de vista profesional, es importante que conozcas el rango salarial de los puestos que estás buscando.
Lo ideal es contar con un apoyo en la zona, conocer a alguien. Si no es tu caso, puedes empezar por tejer una red de contactos a través de las redes sociales. Cuando te establezcas, ten en cuenta el tiempo libre del que dispones y aprovéchalo para hacer actividades donde puedas socializar con tu entorno.