Una de las ventajas que ven tanto las personas que lideran un proyecto de emprendimiento como quienes lo ven desde fuera es la posibilidad de ser tu propio jefe. Las personas que optan por el autoempleo son trabajadores sin jefes: responsables al 100% de la gestión de su negocio y que no reciben órdenes de nadie. Aunque, como todo, tiene también sus peros. La mayoría (73%) ha acabado tributando a autónomos empujado por las circunstancias y la necesidad, y no tanto debido a un propósito u oportunidad. Muchos (64,92%) echan de menos trabajar para alguien y poder librarse de tantas responsabilidades.
Cómo se financia el autoempleo
Montarse un negocio necesita de una inversión inicial que resulta fundamental para su potencialidad de supervivencia. Atendiendo a los datos del último Informe Infoempleo Adecco la mayoría (58,12%) recurrió a sus propios ahorros para impulsar su emprendimiento. Los préstamos bancarios (13,87%) y recursos facilitados por familiares y amigos (13,09%) fueron las opciones a las que acudieron algunos de quienes no contaban con un capital propio. Otros (10,73%) utilizaron lo que se llama “capitalización” del paro para poder emprender, es decir, juntar toda la prestación a la que se tiene derecho en un solo pago en vez de recibirla mes a mes.
En opinión de las personas que se mantienen gracias al autoempleo, las cuestiones prioritarias para lanzarse a emprender es tener suficiente respaldo económico (31,94%) y contar con la experiencia profesional adecuada (37,43%).
Pagar demasiados impuestos o mucho papeleo, importantes escollos del trabajo autónomo
Aunque la gran mayoría de trabajadores autónomos a los que se preguntó habían accedido al autoempleo por necesidad, un 54,5% se encuentran satisfechos con la decisión tomada. Aun así, es un camino duro en el que las principales dificultades a las que se enfrentan a diario son las elevadas cargas sociales y administrativas, la percepción de que se pagan demasiados impuestos y los problemas de financiación.
Trabajar sin jefes también significa trabajar más: más horas al día y más días a la semana. Un 34,10% trabaja entre 8 y 10 horas diarias pero un 20,16% trabaja más de diez horas diarias. Multiplicado por cinco días en el mejor de los casos (37,43%), por seis un 30,10% de los autónomos consultados y todos los días de la semana casi uno de cada cuatro (24,35%).
8 de cada 10 autónomos trabaja también a tiempo parcial por cuenta ajena
Los trabajadores autónomos son pioneros en lo del teletrabajo: un 43,19% trabaja desde casa y casi ocho de cada diez (79,06%) no tiene compañeros, realiza el trabajo en solitario. Muchos (40, 31%) tienen un solo cliente, es decir, son TRADE (trabajadores autónomos económicamente dependientes) y un porcentaje muy elevado (89,27%) se dedican únicamente a su negocio. Aunque hay un nada despreciable 10,1% que no saca lo suficiente, y tiene que trabajar a jornada completa (2,62%) o parcial (8,12%) también por cuenta ajena.
La capacidad de resiliencia de los autónomos también se ha puesto de manifiesto durante la crisis del Covid-19. Pese a que un 37,7% tuvo que recurrir a las ayudas por cese de actividad durante la primera ola, solo el 7,59% recurrió a ellas durante la segunda. El 54,71% no solicitó ninguna ayuda gubernamental durante el 2020. En este sentido, también es importante destacar que la crisis sanitaria provocó la desaparición de casi el 11% de los trabajadores autónomos, de los 2,9 millones de trabajadores clasificados dentro de este régimen especial que contabilizó el INE a comienzos de 2020.