En el mundo laboral moderno, donde la presión por rendir, destacar y alcanzar metas es constante, muchas personas viven con una ansiedad silenciosa que afecta directamente a su desempeño y bienestar: la atiquifobia, o miedo al fracaso. Aunque no es un término muy conocido, sus efectos son más comunes de lo que imaginamos. Te contamos cómo gestionarlo en el ámbito laboral.
¿Qué es la atiquifobia?
La atiquifobia es el miedo irracional al fracaso. No se trata solo de evitar errores, algo natural en cualquier profesional comprometido, sino de un temor paralizante que puede llevar a la procrastinación, la autoexigencia extrema, la inseguridad crónica o incluso al abandono de oportunidades laborales por miedo a no estar a la altura.
Su origen no está claro, algunas publicaciones lo han vinculado con la fobia al fracaso que estudió el psicólogo estadounidense John Atkinson en los años 50-60, cuando desarrolló la teoría de la motivación al logro. En ella, diferenciaba entre personas motivadas por el éxito y personas motivadas por el miedo al fracaso.
En el ámbito laboral, este miedo puede ser especialmente dañino. Nos hace dudar de nuestras capacidades, evita que tomemos iniciativas, y nos frena en nuestro crecimiento profesional.
¿Cómo se manifiesta la atiquifobia en el trabajo?
Los síntomas de la atiquifobia varían según la persona, pero algunos patrones comunes incluyen:
- Procrastinación constante: aplazar tareas importantes por miedo a no hacerlas bien.
- Evitar nuevos retos: rechazar promociones, liderazgos o cambios por temor a fracasar.
- Autocrítica excesiva: ser muy duro con uno mismo ante errores mínimos.
- Necesidad de aprobación externa: depender del reconocimiento ajeno para validar nuestro trabajo.
- Ansiedad ante la evaluación: pánico frente a entrevistas, revisiones de desempeño o presentaciones.
- Síndrome del impostor: creer que el éxito logrado es pura suerte y que en cualquier momento «descubrirán» que no somos tan competentes.
Este miedo puede conducir al agotamiento mental, a una baja autoestima profesional y, a largo plazo, al estancamiento en la carrera o incluso al abandono del empleo.
¿Qué origina este miedo?
Las causas de la atiquifobia pueden estar relacionadas con experiencias pasadas (como un fracaso doloroso o humillación en un trabajo anterior), entornos laborales muy exigentes o competitivos, educación basada en la perfección, o simplemente una personalidad con tendencia al perfeccionismo.
También influye la cultura del éxito inmediato que predomina hoy. Redes sociales repletas de logros, empresas que celebran solo los resultados y no el proceso, y una constante comparación con los demás, también pueden aumentar la presión.
¿Cómo superar el miedo al fracaso en el trabajo?
Aunque la atiquifobia puede parecer una carga difícil de llevar, hay muchas formas de gestionarla y superarla. Estas son algunas estrategias útiles:
👉 Redefine el fracaso: Fracasar no es sinónimo de inutilidad o incompetencia. Es parte del aprendizaje. Cada error contiene una lección. Grandes innovaciones han nacido de fracasos. Cambiar tu perspectiva sobre el error es un buen primer paso.
👉 Fíjate metas realistas: Establecer metas imposibles solo aumenta la presión. Divide los objetivos grandes en pasos pequeños. Celebra los avances, incluso si son mínimos. No necesitas ser perfecto, solo constante.
👉 Aprende a hablarte con amabilidad: La autocrítica excesiva alimenta el miedo. Practica la autocompasión. Si no le dirías a un amigo “eres un fracaso”, ¿por qué te lo dices a ti mismo? Reemplaza los pensamientos negativos por afirmaciones más realistas y constructivas.
👉 Busca apoyo profesional si lo necesitas: Un psicólogo o coach laboral puede ayudarte a identificar las raíces de tu miedo y a desarrollar herramientas emocionales para enfrentarlo. La salud mental también es parte de la vida profesional.
👉 Sal de la zona de confort, poco a poco: No necesitas lanzarte de golpe a lo más difícil. Intenta pequeños retos: liderar una reunión, presentar una idea, pedir retroalimentación. Con cada paso superado, tu confianza crecerá.
👉 Rodéate de un entorno sano: Busca espacios laborales donde se valore el proceso, donde el error sea visto como parte del crecimiento. Si tu entorno refuerza tu miedo constantemente, quizás sea momento de repensar si es el lugar adecuado para ti.
👉 Recuerda tus logros: Haz una lista de cosas que has logrado en tu carrera. A veces el miedo nubla la memoria y olvidamos todo lo que ya hemos superado. Releer tus propias conquistas puede ser un poderoso antídoto contra la inseguridad.