Actores y actrices memorizan sus papeles hasta que fijan a la perfección las palabras que dicen sus personajes. Es una parte del trabajo fundamental que traen aprendida al comenzar los ensayos. De esta forma se dotan los diálogos de organicidad, de la credibilidad necesaria para meterse al público en el bolsillo. Pero también se recurre a esta garantía de seguridad extra que da conocer a la perfección palabras y movimientos. Apoyarse en el texto aprendido es un elemento tranquilizador si hace acto de presencia el temido bloqueo que puede suponer quedarse en blanco.

Ensayar para que los nervios no nos bloqueen

Salir a escena a interpretar un papel ante el público tiene muchos elementos en común con hacer una entrevista de trabajo. Por más que estemos hablando de nosotros mismos se debe construir un relato atractivo (y, por descontado, con material real). Ensayar una y otra vez lo que vamos a decir ayudará a calmar los nervios. Evitará que recurramos a la improvisación y que por nuestra boca salgan cosas que no tenemos claro que vayan a favorecernos.

Estos son algunas pautas que puedes practicar para calmar los nervios ante una entrevista de trabajo.

En primer lugar, es importante no generar demasiadas expectativas sobre el puesto de trabajo. Controla la fantasía sobre los beneficios que te traería ocupar ese puesto. Es recomendable, más bien, tener una buena escucha en el momento de la entrevista que permita recalcular las creencias y prejuicios que te has hecho sobre la compañía y sus oportunidades. Pon la máxima atención en el momento de la entrevista y en mantenerte con una actitud abierta para recibir todo el feedback sin que lo empañen ideas preconcebidas, tanto en positivo como en negativo.  Dejarse llevar por las expectativas puede elevar la ansiedad de conseguir el puesto.

Prepara las preguntas que pueden poner en un aprieto y generar más nervios

No hay por qué mentir ni exagerar tu currículum. Elabora un discurso donde resalten los logros, los aprendizajes y los retos superados. No es necesario que saques los fracasos a colación, si tienen que salir que sea tu entrevistador quien lo mencione. En ese caso, ten una respuesta preparada en la que tenga protagonismo lo que sacaste en claro al superar esa dificultad. Esto te protegerá de tener una actitud evitativa sobre algunos temas (un despido, por ejemplo) cuya narración pueda generarte más nerviosismo.

Ve con tiempo al lugar de la entrevista. Ten en cuenta todos los imprevistos que pueden surgir con el transporte público, los atascos, no encontrar aparcamiento al llegar. Parece mentira, pero una de las razones que más mencionan los entrevistadores cuando se les pregunta por los aspectos negativos en la evaluación de un candidato es llegar con retraso a la entrevista. Esta desfavorable primera impresión puede decantar la balanza en tu contra. Y, por descontado, influirá en tu estado de nervios. No es necesario que estés mucho antes ya que la espera también puede generar inquietud, pero calcula los tiempos para estar allí treinta minutos antes y que te dé tiempo a familiarizarte con el espacio donde te encuentras.

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Sé tú quien conduzca tu propio relato

Trata de afrontar la entrevista desde una perspectiva de horizontalidad. Es decir, piensa que vas a tratar de igual a igual con tu entrevistador, siempre con el máximo de respeto, sin entrar en una excesiva confianza, pero desde el convencimiento de que lo que tienes que ofrecer es valioso. Tú vas a aportar tus conocimientos, la forma que tienes de hacer las cosas, una muy buena actitud y todas las cosas positivas que has ido añadiendo a tu experiencia profesional en tu paso por el mundo laboral.

Piensa en aquellos aspectos que crees que pueden jugar en tu contra como puede ser la edad. Cómo puede quedar esa circunstancia en segundo plano y de qué manera tus años de experiencia, la motivación y el compromiso con tu trabajo puede brillar por encima.

Cuanto más sepas sobre la empresa mayor seguridad te dará

Investiga la empresa para conocer los códigos que pueden operar por debajo de los puros trámites que significan los procesos de selección. Saber que se trata de una empresa con una cultura en la que se le da mucha importancia a la originalidad, a la innovación te ayudará a mantener una actitud más relajada. O, por el contrario, una compañía más clásica en la que tendrás que estar más atento a las formalidades.

Por último, hay que recordar que tener nervios, un poco de ansiedad, es lo más normal del mundo. Queremos gustar y tenemos muy en cuenta la imagen que podamos dar porque en eso reside el éxito de la entrevista. La presión que sentimos hace que aparezcan los nervios. Pero se pueden controlar y que jueguen a nuestro favor dándoles una vertiente en positivo.

Antes de entrar haz tres respiraciones profundas expirando el aire muy despacio por la boca y vamos a por ello. ¡El puesto es tuyo!