La habilidad de adaptación al cambio está siendo especialmente solicitada por las empresas desde la pandemia, pues la rápida transformación digital que están sufriendo requiere este valor en las candidaturas que deben incorporar a sus vacantes. La buena noticia es que esta skill se entrena con una actitud flexible, evitando acomodarte a las rutinas y sin oponer resistencia a las nuevas demandas. El aprendizaje continuo y la creatividad son claves.
¿Qué es la adaptación al cambio?
Desde que se clasificaron los entornos VUCAH (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo + Hiperconectado) o BANI (Frágil, Ansioso, No Lineal e Incomprensible), ya es habitual hablar de contextos laborales dinámicos. En ecosistemas donde el cambio es la norma, la habilidad de poder adaptarse a las nuevas necesidades o posibilidades es muy demandada y valorada. Con la pandemia y la transformación digital acelerada, la velocidad de mutaciones se ha incrementado.
Si eres un perfil que cuenta con una gran adaptación al cambio, estarás atento a las nuevas demandas de tu puesto, sector o del mercado para transformarte en la medida necesaria para lograr tus objetivos. Es imprescindible no acomodarse en las rutinas ni oponer resistencia a las nuevas demandas. La formación continua también es clave. Las empresas buscan estas características asociadas a la adaptación al cambio:
- Versatilidad para acomodarse a cambios parciales o totales en la estrategia.
- Rapidez para comprender y ejecutar nuevos conocimientos con eficacia.
- Agilidad para valorar las consecuencias positivas o negativas de las decisiones.
- Aprovechamiento del tiempo en la evaluación de los recursos y las opciones.
- Resistencia a trabajar bajo presión y con estrés.
- Percepción de los cambios como oportunidades para crecer.
Consejos para potenciar esta habilidad
La buena noticia es que ser un perfil con adaptabilidad al cambio se entrena. Es posible que partas de ciertas condiciones que lo faciliten, pero si no es así, solo es cuestión de ponerse a ello. La primera recomendación es mantener una actitud atenta y relajada ante el devenir empresarial. Como cuando Bruce Lee proponía a sus discípulos ser como el bambú, rígido pero flexible. Márcate una hoja de ruta con alternativas para la consecución de los objetivos.
En este sentido, el segundo consejo es que apuestes por la creatividad y la innovación. Difícilmente vas a adaptarte a los cambios repitiendo los mismos procesos o estrategias. Subvierte los desafíos convirtiéndolos en una oportunidad de mostrar tu imaginación y capacidad resolutiva. La incertidumbre es la condición de posibilidad para que la situación progrese y mejore.
Por otra parte, es necesario que prestes atención a los pequeños detalles. Tu capacidad de escucha y de comunicación con empatía, te permiten prever los cambios y estar mejor preparado. Es necesario identificar y conocer el nuevo escenario a través del manejo de información clave, que discrimine entre las dinámicas que se mantienen y las que cambian. Las organizaciones ya no buscan solo la experiencia y formación requeridas en la vacante. Ahora se trata de mantenerse vigente en un mercado cada vez más competitivo y exigente.